La unión hace la fuerza. Esta parece ser la máxima a la que cada vez más emprendedores deciden unirse en los últimos años, apostando por la franquicia como su modelo de negocio. Y es que en períodos de incertidumbre, este sistema ofrece a los nuevos empresarios una menor exposición al riesgo y una serie de apoyos que pueden hacer algo más llevadera la difícil labor de iniciar una actividad económica.
A continuación, veremos las principales características empresariales de las franquicias, así como una serie de pasos que deberemos seguir si queremos montar una franquicia con éxito.
¿Qué es una franquicia?
Una franquicia es un tipo de negocio cuyo funcionamiento se basa en un contrato mercantil que vincula a dos empresarios: el franquiciador y el franquiciado. Este contrato regula la relación entre estas dos partes: por un lado, el franquiciador cede al franquiciado su modelo de negocio, la posibilidad de vender su cartera de productos o servicios y el respaldo de su marca, su imagen y su experiencia. Por otro lado, el franquiciado deberá satisfacer al franquiciador con una cantidad económica inicial, cederá parte de los beneficios del negocio y tendrá que someterse a la supervisión del franquiciador.
Lo que se busca a través de este tipo de acuerdos comerciales es que ambos empresarios salgan ganando. El franquiciador ve ampliado el alcance de cuota de mercado de su marca, ya que cuenta con el potencial que representa un nuevo punto de ventas, e incrementa sus beneficios. Y además, lo hace sin necesidad de asumir un riesgo económico ya que la inversión corre a cargo del franquiciado. Este último, por su parte, se beneficia de entrar a formar parte de un negocio cuyo éxito ya ha sido constatado: tiene un producto conocido y demandado por el público; se aprovecha de la imagen de marca y de las estrategias promocionales desarrolladas desde la matriz; y cuenta con su asesoramiento, soporte y experiencia en el negocio. En resumen, obtiene un respaldo mayor para su inversión, ya que la incertidumbre y el riesgo son infinitamente menores que si el emprendedor tuviese que introducirse en el mercado con un nuevo producto.
¿Qué pasos hay que seguir para montar una franquicia con éxito?
Al igual que sucede al emprender cualquier otro tipo de empresa, el procedimiento a seguir a la hora de poner en marcha una franquicia va a depender directamente de la naturaleza del negocio en cuestión. Parece obvio pensar que no será lo mismo montar una franquicia del sector de la restauración, que montar un salón de belleza, u otro tipo de actividad. En cualquier caso, la mayoría de franquicias suelen presentar una serie de similitudes que nos permiten poder elaborar una guía general con los pasos más importantes que debemos seguir a la hora de montar una franquicia. Estos pasos serán los siguientes:
1. Elegir el tipo de negocio que queremos emprender
Lo primero que deberemos hacer como emprendedores es analizarnos a nosotros mismos. Antes de comenzar si quiera a valorar posibles marcas de las que entrar a formar parte, debemos distinguir nuestras capacidades (personales y económicas) y nuestras inclinaciones. Por ejemplo, si no somos grandes amantes de los animales, sería absurdo montar una peluquería canina. Debemos ser capaces de proyectar, con la mayor objetividad posible, una imagen de nosotros mismos dirigiendo el futuro negocio. Si esta imagen no nos convence, mejor seguir buscando. Si nos decidimos por alguna marca, será el momento de cumplimentar el cuestionario de candidatura para la apertura de una franquicia.
2. Investigar y recopilar información
Una vez decidido el tipo de actividad que queremos emprender, debemos investigar a fondo el sector y las marcas que nos ofrecen la posibilidad del franquiciado. Debemos intentar conocer al máximo el funcionamiento del negocio, el producto o servicio que ofrecen, las cantidades que tendremos que abonar, etc. Para ello, debemos solicitar información tanto al franquiciador como a otros franquiciados de la marca, visitar su sede central, etc. Cuanta mayor información tengamos más capaces seremos de valorar la idoneidad de la inversión.
3. Elaborar un plan de negocio
Como haríamos con cualquier tipo de proyecto de empresa, en el caso de querer montar una franquicia, deberemos elaborar un plan de negocio. En este paso, lo más importante será realizar una previsión del balance de gastos e ingresos del negocio, un estudio de mercado y de la competencia, y determinar todas las necesidades de financiación imprescindibles para poder acometer el inicio de la actividad. De esta manera, podremos valorar si nuestro negocio será viable o no, y si la rentabilidad de la inversión es lo suficientemente atractiva como para hacer el esfuerzo. En este punto, será muy útil toda la información recopilada en el paso anterior, sobre todo aquella proporcionada por otros franquiciados que ya hayan pasado con anterioridad por el camino que nos disponemos a tomar.
4. Buscar asesoramiento legal
Una vez elegidos el tipo de negocio y la red de franquicias dentro de la cual lo queremos montar, es momento de buscar el asesoramiento legal necesario que nos ayude principalmente con el estudio de los precontratos y contratos de la franquicia y que revise pormenorizadamente los puntos esenciales de estos acuerdos. También podemos necesitar apoyo legal con el contrato del local, con los contratos de trabajo, etc. Existen abogados especializados en franquicia que nos facilitarán muchísimo estos trámites. Así, podremos centrarnos al 100% en la labor de gestión del nuevo negocio.
5. Financiación
La apertura de una franquicia suele conllevar un importante desembolso y, como en cualquier otra empresa, encontrar fuentes de financiación es vital en el momento de poner en marcha el negocio. El plan de negocio detallará nuestras necesidades concretas de financiación, pero, de manera general, en cualquier franquicia deberemos de hacer frente al canon de entrada y al royalty. El primero es una cantidad concreta que deberemos abonar en el momento de la firma del contrato de franquicia. Con este pago, estamos comprando nuestro derecho a entrar a formar parte de la red de franquicias de la marca. El royalty, por su parte, es una cantidad mensual que el franquiciado debe pagar a la central en concepto de alquiler de sus servicios: de asesoramiento, de marketing, de aprovisionamiento y logística, etc. Este royalty suele suponer un volumen económico de entre un 1% y un 10% de las ventas totales del franquiciado. Aparte de estos dos conceptos, el franquiciado debe dar también un porcentaje de sus beneficios periódicos a la matriz.
Como contrapunto positivo, el acceso a financiación bancaria suele ser más fácil en el seno de una red de franquicias. Con su respaldo, podremos acceder a planes especiales, convenios y condiciones de financiación más ventajosas.
6. Precontrato de franquicia
Tras los pasos previos llega el momento de establecer un primer contacto oficial con la marca, en el que franquiciador y franquiciado realizarán una evaluación pormenorizada de la otra parte. Si las condiciones son favorables debería firmarse un acuerdo de precontrato de franquicia. De esta manera, la marca reserva la zona de negocio al franquiciado hasta que este ponga en marcha la actividad.
7. Buscar el local para nuestro negocio
A continuación, debemos encontrar un local que se ajuste a las necesidades propias de la actividad económica que pretendemos acometer. En este punto, de nuevo, es vital la ayuda que pueda proporcionarnos la central de la red de franquicias, quienes cuentan con la experiencia necesaria para determinar qué zonas son más atractivas para la venta del producto o de los servicios de la empresa, qué condiciones debe reunir el espacio, etc. Además, nos darán las instrucciones necesarias para habilitar el local como marca la compañía. Según las circunstancias concretas, deberemos valorar si es mejor comprar el local o alquilarlo, y el respaldo de la franquicia será, de nuevo, una buena arma en el momento de negociar los precios.
8. Constitución de la sociedad
Antes de iniciar cualquier actividad económica debemos constituir una sociedad que tenga entidad jurídica propia. En función de nuestros intereses, podemos optar por hacerlo como autónomos, a través de una sociedad unipersonal, podremos crear una sociedad mercantil, etc.
9. Firmar el contrato
Una vez hecho todo lo anterior, llega el momento de formalizar el acuerdo que regulará la relación empresarial entre franquiciador y franquiciado. Este acuerdo reflejará, por un lado, la voluntad expresa de ambas partes de iniciar la relación; y por otro lado, las obligaciones a las que se someten estas partes. En este momento, suele requerirse al franquiciado el abono de la cantidad correspondiente en concepto de canon de entrada a la red de franquicias. El franquiciador, por su parte, debe hacer entrega del manual del franquiciado de la compañía. A través de este manual se nos trasmite la filosofía de la empresa, su saber hacer y su metodología de trabajo.
10. Recibir la formación inicial y poner en marcha la actividad
Como último paso previo al inicio de la actividad del negocio, el franquiciado deberá completar las acciones formativas necesarias para poder gestionar la nueva empresa con solvencia. A continuación, tendrá que hacer las labores necesarias que son comunes durante el inicio de cualquier actividad: contratación de personal, adecuación del establecimiento, acciones promocionales de la apertura, labores de aprovisionamiento inicial, etc.
Como hemos visto, montar una franquicia exitosa no es una labor sencilla, pero, ¿es alguna empresa fácil de montar? Emprender un nuevo negocio siempre es un reto, sin embargo, conociendo una serie de pasos imprescindibles que deberemos recorrer, estaremos un poco más cerca de hacer realidad nuestro sueño empresarial.
