Ser emprendedor es una actitud, no es una mera profesión. Cuando a finales de los noventa decidí apostar por el autoempleo y no seguir el camino de trabajar para terceros como la enorme mayoría de mis compañeros de carrera, tomé una decisión de la que ahora no me arrepiento. He vivido momentos duros, no lo voy a negar, pero he tomado un viaje que me ha beneficiado mucho como profesional y como persona.
Además, ser emprendedor tiene una serie de ventajas que no vas a conseguir trabajando para terceros, o que difícilmente vas a alcanzar en este estado. Todas esas ventajas te van a ayudar a crecer como profesional y a ver la vida desde una perspectiva diferente. Emprender modifica tu ADN y te permite ver las cosas de otra manera. A lo largo de los años estas han sido las cinco ventajas destacadas con las que me he encontrado.
1. Tú eres tu propio jefe
Es posiblemente la ventaja más obvia de ser emprendedor. El hecho de mandar sobre ti mismo puede ser un arma de doble filo dependiendo del nivel de aceptación de tus propias órdenes. Aquí no vale el “lo dejo para después”. Ese es el peor mal que puede golpear a un emprendedor. Ser tu propio jefe es marcarte tus propias exigencias y dejar que sean ellas las que definan tu manera de trabajar en todo momento.
2. No tienes horarios
Para bien o para mal, ser emprendedor de tu propio proyecto te hace no tener horarios de trabajo porque nadie va a sacar adelante tu empresa haciendo sacrificios que tú sí harás. Este aspecto tiene sus ventajas como poder ajustar siempre el ritmo de trabajo a tus necesidades, pero también inconvenientes como trasnochar, trabajar fuera de hora, etc. De hecho, como emprendedor siempre vas a estar trabajando mentalmente, hasta en vacaciones.
3. Trabajas desde donde quieras
Sí, es cierto. Si eres emprendedor, tienes la posibilidad de montar tu oficina donde quieras, sobre todo si te mueves en el entorno de lo digital. Trabaja desde la playa, desde la montaña, desde el campo… A priori no habría inconveniente, aunque dependerá de la proyección de tu negocio. Como tú mismo te marcas el tiempo de trabajo, tú decides dónde quieres desarrollarlo. Como siempre, todo tiene sus matices.
4. Tú tomas las decisiones
Otra de las ventajas de ser emprendedor es que tú tomas tus propias decisiones y no estás sujeto a lo que digan los demás. Si quieres que tu proyecto gire hacia un rumbo nuevo, lo puedes hacer sin necesidad de aprobaciones. Es posiblemente una de las ventajas más grandes de ser emprendedor. Pero como decía aquel superhéroe, un gran poder conlleva una gran responsabilidad: eres responsable de las decisiones y sus consecuencias.
5. Luchas por tu proyecto
Trabajar para terceros puede ser motivador, pero trabajar para uno mismo es una experiencia extremadamente gratificante. En términos de motivación, luchar por tu propio proyecto es la mejor experiencia que puedes vivir en lo profesional. Te hace ver las cosas de otra manera, saber lo que merece la pena ser sacrificado y lo que no, y vivir momentos de satisfacción extrema cuando consigues por lo que estabas luchando.
Es cierto. Emprender no son todo ventajas, pero tras todos estos años me he dado cuenta que lo que se recibe es mucho más de lo que se da. Es un aprendizaje constante, una manera de vivir en el riesgo permanente de morir profesionalmente si no sabes adaptarte a las nuevas tendencias que nos bombardean. Es un hermoso reto que no todos están dispuestos a soportar, pero que merece mucho la pena.