El uso de facturas está totalmente extendido en nuestro día a día y en todos los ámbitos. Pero si miramos más allá de su mera definición y aplicaciones: ¿sabemos realmente qué tipos de facturas existen y para qué se utiliza cada una de ellas?
En el siguiente post te contamos qué tipo de facturas se pueden emitir en nuestro país, para qué podemos utilizar cada una de ellas y las diferencias que existen entre las mismas.
Tipos de facturas, características y utilidades
Una factura es un documento de carácter mercantil que indica la compraventa de un bien o servicio y que, además, incluye toda la información de la operación. Teniendo en cuenta esto, podemos organizar las facturas en 4 apartados en función de su valor legal, de los requisitos que precisen, de su medio de transmisión o de su contenido.
Aunque todas surgen a partir de un único modelo que es la factura ordinaria, también podemos encontrarnos los siguientes tipos de facturas:
Atendiendo a su valor legal
1. Copia
Se trata de una factura que contiene exactamente los mismos datos que la factura original. Aunque como diferencia destacada podemos decir que en esta factura aparece de forma legible y bien especificada la palabra “COPIA”. Es muy útil para los emisores de las mimas, ya que tendrán que entregar la original a su cliente y, de esta manera, ellos dispondrán de una copia.
2. Duplicado
Es una factura idéntica a la original pero que se utiliza siempre que hay varios destinatarios o en caso de que se haya perdido la factura original.
3. Proforma
En ella generalmente se presentan los servicios a proporcionar a modo informativo, por eso no tiene ningún valor contable. Prueba de ello es que las facturas proforma no están numeradas y tampoco servirán de justificante.
Es recomendable no firmarlas ni sellarlas salvo petición explícita del cliente.
Atendiendo a sus requisitos legales
1. Simplificada
Se trata de aquellas facturas que se deben emitir donde antes (de la entrada en vigor del Real Decreto 1619/2012) era suficiente aportar un ticket. Se pueden emitir, de manera general, siempre y cuando el importe total del servicio facturado no supere los 400 euros.
Posee una mayor aplicación práctica para los negocios con una estructura contable básica, ya que este tipo de facturas contienen menos información y son menos complejas e igual de válidas que las facturas completas.
2. Completas
A diferencia de las facturas simplificadas, en las facturas completas sí será necesario indicar expresamente datos como los siguientes: el domicilio del expedidor y toda la información del destinatario (NIF, domicilio, etc.), también deberán indicar el importe total de la factura desglosando la base imponible, IVA, cuota de IVA y una descripción completa y unitaria de los bienes y servicios prestados.
Atendiendo al medio de transmisión
A pesar de que todavía se mantienen en auge las facturas en papel, cada vez está más extendida la modalidad de facturas electrónicas, que desde 2013 reciben el mismo tratamiento que las facturas en papel.
Atendiendo a su contenido
1. Ordinaria
Sin duda es la factura más utilizada. Es la que documenta y deja constancia de la prestación de algún servicio u operación comercial, incluyendo todos los datos referentes a la misma:
- Número de factura.
- Fecha de expedición.
- Nombre y apellidos o razón social.
- Número de identificación fiscal.
- Domicilio de emisor y destinatario.
- Descripción del servicio prestado.
- Tipo de IVA.
- % de retención de IRPF.
- Cuota tributaria.
- Importe total a pagar.
- Fecha en la que se produce la operación.
2. Rectificativa
Se emplea para corregir la factura ordinaria si ésta no cumple los requisitos que la Ley exige o en caso de que se produzca alguna devolución de productos o descuentos y bonificaciones posteriores a la operación. También se realiza si se da el caso de que exista alguna resolución que deje sin efecto las operaciones llevadas a cabo.
Tiene que expedirse en el momento en que se sepan los motivos que lleven a su modificación y siempre que no hayan pasado más de 4 años desde que se emitió la factura a rectificar.
Además de los requisitos especificados en la factura ordinaria debe contener:
– Todos los datos referentes a la factura que rectificamos y la rectificación que se realiza junto a los motivos de dicha rectificación.
– Señalar que es una factura rectificativa.
– El tipo impositivo y la cuota repercutida.
3. Recapitulativa
Es una única factura en la que se van a poder agrupar varias facturas emitidas, aunque correspondan a distintas fechas pero eso sí, dentro de un mismo mes natural.
Estas son las clases de facturas que se pueden emitir en España. ¿Conocías todos estos tipos de facturas? ¿Cuál es la que más utilizas? ¡Cuéntanos!
