Desde el primer momento en el que ponemos un pie en el mercado de trabajo nos esforzamos al máximo para evolucionar, aprender cada día y para qué negarlo, intentar conseguir aumentos en nuestro salario.
Sin embargo, no debemos centrarnos solo en ganar más y más dinero, eso sin duda conduce a la infelicidad. El truco está en conocer cuál es el salario óptimo que nos permite encontrar el equilibrio perfecto entre ocio, tiempo libre y nos proporciona la máxima utilidad posible. Esta es la forma económica de definir la felicidad.
En 2010, a partir de un estudio publicado por la prestigiosa Universidad de Princeton, comenzó a hablarse del salario de la felicidad.
Indagando un poco para conocer quiénes eran los autores del informe, bastante revolucionario en la materia, aparecían dos nombres, Angus Deaton y Daniel Kahneman.
Tal vez sus nombres puedan resultaros familiares. El primero fue galardonado con el Premio Memorial Nobel de Economía en 2015, el segundo, recibió el mismo premio en el año 2002.
En este estudio usaron una muestra representativa compuesta por más de 450.000 respuestas al Índice de Bienestar Gallup-Healthways, una encuesta diaria realizada a 1.000 residentes de Estados Unidos y llevada a cabo por la Organización Gallup.
El resultado que se desprende es sorprendente, los autores incluyen el factor emocional y lo vinculan de manera directa al nivel de ingresos.
De esta forma, aquellos individuos que presentan bajos niveles de ingresos agravan el dolor emocional que suponen aspectos como el divorcio, problemas de salud y la soledad. El bienestar emocional se incrementa a medida que lo hacen los ingresos, llegando a un máximo de 75.000 dólares anuales, punto en el que empieza a decaer.
¿A qué puede ser debido?
En niveles muy bajos de ingresos, es difícil cubrir las necesidades básicas de cualquier ser humano, lo que proporciona infelicidad. Si subimos un peldaño, podemos encontrarnos con individuos que cubren necesidades básicas, pero no pueden comprar bienes que les proporcionarían utilidad como por ejemplo un smartphone de última generación.
¿Y qué ocurre cuándo rebasamos el salario de los 75.000 dólares anuales?
Entraríamos en una zona complicada, con estos ingresos estaríamos dentro de la clase media-alta, pero si quisiéramos por ejemplo dar el siguiente salto, para comprar un yate de lujo, un jet privado o un carísimo deportivo italiano, necesitaríamos multiplicar nuestros ingresos de manera exponencial.
Atendiendo al estudio Deaton-Kahneman:
Fuente: High income improves evaluation of life but not emotional well-being
En la figura anterior podemos ver diferentes variables para tener en cuenta el bienestar (afecto, estrés, etc.). De este gráfico podemos extraer que los individuos con niveles de ingresos más bajos experimentan un bienestar emocional más bajo que aquellos con mayores ingresos medios.
Sin embargo, si nos fijamos, por encima de los 75.000 dólares no hay mejora en ninguno de las tres variables de bienestar emocional. No hay variaciones hasta que alcanzamos una cota muy superior a los 120.000 dólares al año.
En el estudio, los niveles más inferiores de riqueza ubicados en salarios inferiores a los 60 dólares mensuales y en la zona de 60-499 dólares/mes, no fueron consideradas como estimaciones serias de ingresos familiares.
Puedes analizar los resultados estadísticos del estudio a través de la siguiente tabla:
Se establecen los siguientes límites:
1.- Top Category: >10.000$/mes
2.- Second Category: 7.500$/mes – 9.999$/mes
3.- Third Category: 5.000$/mes – 7.499$/mes
Llegados a este punto, despejamos la pregunta inicial planteada en este artículo; ¿cuál es el salario de la felicidad?
El estudio del que hablamos en este artículo, se publicado se publicó en 2010, por lo que nos enfrentamos a la siguiente cuestión ¿se ha mantenido invariable a lo largo del tiempo el salario de la felicidad? Si consideramos válidos los datos desprendidos del informe, realizado en Estados Unidos, deberíamos ajustar la inflación de los últimos años (para que no haya pérdida de poder adquisitivo).
Tomando como referencia el IPC anual, la evolución de los precios en EEUU es la siguiente: 2011 (+2,962%), 2012 (+1,741%), 2013 (+1,502%), 2014 (+0,756%), 2015 (anual, datos del mes de noviembre de 2015 +0,502%). Total de incremento de precios en el período analizado: 7.463%
Salario de la felicidad actual: 80.597,25$/anuales
Otros aspectos a tener en cuenta
Al margen del salario de la felicidad debemos tener en cuenta otros factores determinantes de la felicidad en el entorno de trabajo, reflejados por los denominados “salarios hedónicos” que recogen los atributos revelados por los agentes económicos.
Debemos considerar los “precios compensatorios”. Es decir, si estamos cómodos en el entorno de trabajo y con los compañeros de la empresa, estaremos dispuestos a pagar una prima negativa (cobrar menos a cambio de ser felices en el trabajo).
Si por el contrario, hay algo que nos desagrada del trabajo, debemos recibir una prima positiva (para compensarnos por el malestar, exigiremos un salario mayor).
La independencia financiera es un sueño para la mayoría, el salario de la felicidad una meta a alcanzar.
