Una de las técnicas más empleadas para fomentar la creatividad en el terreno profesional es el brainstorming. Conocida en español como lluvia de ideas, se trata de una acción que invita a la participación, a mantener una mente abierta y que sirve para generar múltiples ideas que, bien seleccionadas y maduradas, pueden terminar ofreciendo soluciones a la empresa.
Hoy conoceremos un poco mejor esta técnica y veremos una serie de pautas que nos permitirán organizar un brainstorming productivo en nuestra empresa.
Brainstorming. ¿Qué es?
Un brainstormig es una reunión de trabajo de carácter informal y abierta, cuya finalidad es la de proponer la mayor cantidad posible de ideas de cara a cumplir con unos objetivos concretos de la empresa. A través de un brainstorming no se pretende llegar a conclusiones finales, sino que lo que prevalece es la creatividad y la generación de ideas de forma libre, sin que estas deban ser sometidas a un juicio en un primer momento. Se trata de ir esbozando posibles líneas de trabajo, para después seleccionar las más adecuadas y continuar trabajando sobre ellas. Al tratarse de un proceso de trabajo en el que es necesario eliminar las restricciones de pensamiento de los participantes, es también muy fácil que estos pierdan el foco de la reunión y terminen por dispersar su atención. Por ello y para que seamos capaces de organizar brainstormings productivos, es muy interesante marcar una serie de pautas para su planificación y puesta en marcha. A continuación veremos brevemente las más importantes:
1. Contar con un coordinador para el brainstorming
Es muy importante nombrar a una persona que coordine y modere esta dinámica. Entre sus funciones estarán la de mantener el foco de la lluvia de ideas en línea con la consecución de los objetivos que se marquen; fomentar la participación de los asistentes; promover un ambiente cómodo y abierto que facilite la actividad, anotar todas las ideas que se vayan generando, etc.
2. Determinar el objetivo del brainstorming
Toda reunión de trabajo se celebra con un objetivo en mente y lo mismo es aplicable a las tormentas de ideas. Todos los participantes deben tener siempre presentes los objetivos que se buscan cumplir con la organización de esta dinámica creativa: de dónde partimos y hacia dónde queremos llegar. Para conseguirlo, es muy útil que los asistentes cuenten con un pequeño briefing con los puntos a tratar y los objetivos a cumplir.
3. Seleccionar a los participantes
La cantidad de participantes óptima para un brainstroming es de 5 o 6 personas. Si hacemos grupos más grandes no podremos garantizar un correcto flujo de comunicación, ni la participación de todos los asistentes. Con grupos más pequeños, no lograremos alcanzar el nivel más efectivo de retroalimentación entre los participantes. Si el proceso creativo atañe a muchas personas, lo ideal es crear varios grupos más pequeños y organizar múltiples reuniones de brainstorming, para después poner en común las mejores ideas extraídas de cada grupo. Por otra parte, a la hora de seleccionar a los participantes, debemos intentar que estos presenten perfiles profesionales y personalidades heterogéneas. De esta manera, habrá una mayor riqueza de diversidad en las ideas que se generen.
4. Todo vale
Para que el brainstorming sea realmente productivo, hay que invitar a los participantes a una apertura de mente total durante la generación de ideas. Este tipo de dinámicas se estructuran en dos fases bien diferenciadas: una primera fase de generación de ideas y una segunda fase de selección y validación de las ideas generadas previamente. Durante la fase de generación de ideas debemos intentar generar la mayor cantidad de propuestas posible, sin ejercer juicios negativos sobre las ideas de otros. A veces las ideas más descabelladas, bien aterrizadas, pueden terminar aportando soluciones válidas. Todas las ideas vertidas deberán ser anotadas para poder volver sobre ellas cuando sea necesario.
5. Selección de ideas
Como ya hemos adelantado, en una segunda fase del brainstorming tendremos que pasar del pensamiento creativo al pensamiento analítico. Revisaremos todas las ideas recopiladas y las someteremos a un juicio razonado, siempre teniendo presentes los objetivos a conseguir con la celebración del brainstorming. Seleccionadas las mejores, trabajaremos sobre ellas para madurarlas y convertir nuestros bocetos en líneas de actuación sólidas.
Como hemos visto, un brainstorming bien organizado y pautado puede ser una herramienta muy potente para la empresa de cara a generar soluciones a problemas concretos. También para definir nuevas líneas estratégicas de trabajo. Una dinámica en la que se da rienda suelta a la creatividad con el fin de encontrar nuevos ángulos y puntos de vista que nos ayuden a reenfocar los quehaceres diarios de la empresa. Una iniciativa que puede servirnos para mejorar nuestra productividad y obtener mejores resultados.