¿Existen inversiones seguras?
La rentabilidad y el riesgo van a estar irremediablemente unidos en cualquier inversión que nos planteemos. Y lo van a estar a través de una relación de proporcionalidad inversa: cuanto mayor sea el riesgo que asumamos a la hora de invertir, mayores serán las rentabilidades potenciales a las que podamos optar.
Una vez dicho esto, y aunque pueda parecer contradictorio, es posible afirmar también que sí existen inversiones seguras. Inversiones en las que se nos garantiza que nuestros ahorros no van a menguar. ¿Y cuál es la contrapartida? Pues que el interés que pueden brindarnos estas inversiones no es tan alto como el de otros productos financieros. Sin embargo, ganamos en seguridad y garantía de recibir el capital invertido más los beneficios que reporta la inversión.
Es aquí cuando debemos reconocernos como inversores, mirarnos a nosotros mismos y determinar, de la manera más objetiva posible, cuál es el nivel de riesgo que podemos tolerar a cambio de una rentabilidad potencial.
Sea cual sea la respuesta a esta pregunta, será muy interesante para nosotros saber cómo identificar las inversiones más seguras del mercado, ya que hasta el inversor más temerario siempre debería colocar el grueso de su capital en este tipo de inversiones si no quiere llevarse sorpresas. A continuación veremos algunas de estas inversiones seguras.
1. Depósitos
Hoy por hoy, son la opción de inversión que ofrece el máximo nivel de seguridad de nuestro capital y por lo tanto, el punto de mira en el que deberíamos fijar el grueso de nuestros ahorros.
Los depósitos consisten en ceder temporalmente un dinero a una entidad bancaria durante un período de tiempo previamente pactado. El retorno del capital está garantizado (hasta un límite) por el fondo FGD al que esté adherida la entidad bancaria. Pero no solo se garantiza la inversión si no también el cobro de los intereses.
2. Títulos de Deuda Pública
Los particulares podemos invertir nuestros ahorros en la Deuda Pública de los estados. En España se ofrecen actualmente tres tipos diferentes de títulos de deuda pública: Letras del Tesoro, Bonos del Estado y Obligaciones del Estado. Consiste básicamente en que los particulares podemos prestar nuestro dinero al Estado durante unos plazos de tiempo fijos, al vencimiento de los cuales el Tesoro Público nos debe devolver nuestro capital invertido junto con unos intereses fijos. La diferencia entre los tres productos mencionados radica en la duración del tiempo en el que el Estado nos devuelve el capital prestado y el interés que nos paga.
Ventajas
- Son inversiones respaldadas por el propio Estado, por lo que la seguridad del capital está garantizada en unos niveles muy altos.
Inconvenientes
- La rentabilidad de este tipo de productos es muy baja y las condiciones son inflexibles y fijadas por el Estado.
- Para obtener una rentabilidad mínimamente interesante, debemos decidirnos por títulos de deuda con plazos de tiempo muy altos de devolución del dinero.
- No dispondremos de liquidez durante este tiempo.
3. Bienes inmuebles
Fue la principal opción de inversión de miles de ahorradores españoles hace unos años, ofreciendo una rentabilidad prácticamente inigualable.
La situación ha cambiado y el precio de los bienes inmuebles ha caído en los últimos años. Por ello, ya no es viable invertir en vivienda con la seguridad de que no vayamos a perder dinero. Sin embargo, siguen existiendo casos en los que la inversión puede ser bastante segura y la rentabilidad prácticamente garantizada. Hay inmuebles que, principalmente por su situación geográfica, son atractivos para la inversión. Hay que estudiar cada caso concreto y determinar si realmente supone o no una buena inversión, pero un ejemplo de este tipo pueden ser pisos en el centro de grandes ciudades en las que la posibilidad del alquiler esté prácticamente garantizada.
Ventajas
- Pueden llegar a ser inversiones realmente rentables teniendo en cuenta que los precios de compra han caído bastante.
Inconvenientes
- Se necesita de un gran capital para comenzar cualquier inversión de este tipo.
- No se dispone de liquidez y conllevan gastos de gestión, mantenimiento, acondicionamiento de los inmuebles, etc. que han de ser considerados a la hora de valorar los réditos económicos que genera la inversión.
- No es 100% seguro que el precio del inmueble no baje.
4. Bienes materiales
Algunos bienes materiales pueden ser susceptibles de convertirse en buenas inversiones a las que dirigir una parte de nuestros ahorros. Es el caso de joyas, antigüedades, coches clásicos u obras de arte. Se trata de objetos preciosos que tienen valor económico en sí mismo y, por lo general, el paso del tiempo favorece su revalorización. Es una buena opción en la que invertir una parte pequeña de nuestro capital, sin embargo no debería ser nunca el destino del grueso de nuestros ahorros.
Ventajas
- Si sabemos lo que hacemos, la rentabilidad es indudable. El valor de ciertos bienes materiales puede oscilar, pero nunca esfumarse.
Inconvenientes
- Se requiere de un gran conocimiento sobre el tipo de bienes a adquirir, del funcionamiento del mercado de este tipo de productos, etc.
- La rentabilidad suele estar ligada a períodos de tiempo muy altos, en el que el paso de los años y la antigüedad de los objetos representan un valor añadido.
- La preservación y mantenimiento de estos bienes puede conllevar ciertos gastos económicos.
- La liquidez estará limitada por la voluntad de compra de mercados exclusivos.
5. Metales Preciosos
Al igual que en el caso anterior, algunos metales como el oro, la plata o el platino representan bienes con un valor intrínseco. No hablamos tanto de invertir en bolsa en un mercado de materias primas, si no de adquirir físicamente algún objeto de oro o plata si nos surge una oportunidad de adquirirlo a buen precio. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que el valor de estos materiales también cotiza y, por lo tanto, puede bajar su precio.
Ventajas
- Metales como el oro, la plata o el platino siempre tendrán valor.
- Las características propias de estos materiales, que los convierten en singulares. Así como la escasez de los mismos, hacen que, aunque puedan perder parte de su valor con el paso del tiempo, nunca lo pierdan por completo.
- Bienes como el oro de inversión presentan ciertas exenciones fiscales.
Inconvenientes
- La rentabilidad de la inversión no está asegurada.
- La liquidez está limitada y condicionada por la voluntad de compra de terceros.
- Suele ser preciso que pase un largo período de tiempo para que estos metales den una cierta rentabilidad.
Nuestra recomendación
Aunque ya hemos comentado antes que este tipo de decisiones dependen del perfil que se tenga como inversor, podemos dar una opinión objetiva atendiendo a los puntos fuertes y débiles de cada una de las formas de inversión que hemos presentado.
Por ejemplo, invertir en depósitos es una buena opción de inversión para ahorradores que busquen recuperar el capital depositado junto a unos rendimientos.
Entre toda la oferta de depósitos disponible en el mercado, podríamos decantarnos por elegir aquel que, estando respaldado por el FGD, ofrezca un tipo de interés más atractivo.
El Depósito Facto, es un producto ideal para este tipo de inversores, ya que además de ser 100% personalizable por el usuario (desde la cantidad que se desee depositar – a partir de 10.000 €- hasta la fecha de vencimiento del mismo) ofrece un tipo de interés de los más elevados del mercado (hasta un 1,50% TAE*).
Si quieres conocer más sobre este producto, te invitamos a descubrirlo aquí.
*TAE del 0,30% (0,30% TIN) para un depósito a 3 meses, TAE del 1,25% (1,25% TIN) para un depósito a 12 meses y TAE del 1,50% (1,50% TIN) para un depósito a 60 meses. A partir de 10.000€ y con liquidación cada 3 meses. Oferta para particulares.