España rebosa rincones bonitos donde refugiarse del estrés y el bullicio de las grandes ciudades, donde encontrar un poco de descanso y cargar bien las pilas. Destinos perfectos para hacer eso que se dice siempre: respirar aire puro.
Porque lo bueno de nuestra geografía es que es muy variada. Mar, montaña, zonas de verde frondoso y otras partes secas conforman multitud de paisajes dignos de ser vistos. En el siguiente artículo os proponemos 6 destinos rurales con mucho encanto en España, y, algunos de ellos, poco conocidos.
La Cueva de los Franceses (Palencia)
La montaña palentina es un tesoro poco explorado pero que merece más atención. Allí, en la cruz que forman las provincias de León, Palencia, Cantabria y Burgos, cerca de la población de Revilla de Pomar, se encuentra la Cueva de los Franceses. Una creación natural formada por la acción del agua y llena de estalactitas y estalagmitas. Se puede visitar durante todo el año y, además, al lado hay un mirador espectacular al valle del Ebro, desde el que se pueden contemplar bosques, praderas, pueblecitos y algunas iglesias rupestres.
Y si se tienen ganas de una buena excursión, hay varias rutas. Una de ellas pasa por San Cristóbal del Monte, con un palacio que merece la pena visitar. O también se puede volver de camino a Revilla desde la cueva para pasar por un manantial con varias cascadas: Covalagua.
Cascadas de Oneta (Asturias)
Asturias tiene de todo, montañas impresionantes -Covadonga es la zona más famosa, cómo no- y playas de acantilados para pasarse los días enteros disfrutando del paisaje. Pero existe un rincón menos conocido y no por ello menos interesante: las Cascadas de Oneta. De hecho, han sido declaradas Monumento Natural por el Gobierno del Principado. Allí predomina un paisaje verde, salvaje, ancestral y a la vez calmante.
Se puede llegar a ellas en un paseo de 1h aproximadamente, desde el pueblo de Oneta. Al cabo de un rato nos toparemos con la primera cascada, la Firbia, con una caída de 38m de altura, la más impactante. Caminando un poco más, está la Ulloa, y por último, pasando a través de unos restos de molino de agua abandonado, se llega a la Maseirúa, la cascada de más difícil acceso.
Foto: José Antonio Sierra
Albarracín (Teruel)
Barrancos, cañones, peñas, montes pelados y encinares describen la Sierra de Albarracín. Un lugar por donde perderse y admirar la naturaleza, pero también un pueblo precioso -dicen que es uno de los más bonitos de España- por el que pasear y subir hasta los restos de sus murallas, desde donde hay unas vistas inigualables.
Fue declarado Monumento Nacional en 1961 y su mezcla de pasado árabe y cristiano hacen de él un lugar con muchísimo encanto. Además, no solo es para el disfrute de la vista, también el estómago lo puede pasar en grande por estas tierras, en las que su gastronomía es uno de sus puntos fuertes -muchos embutidos variados, de jabalí y de ciervo, por ejemplo- y a buen precio.
Foto: FRANCIS RAHER
Valle del Jerte (Cáceres)
El mejor momento para escaparse al Valle del Jerte es durante la Fiesta del Cerezo en Flor, que empieza a finales de marzo y se alarga hasta mayo, y que acoge un montón de actividades alrededor de la cultura y la gastronomía de la zona.
Durante esta época, el paisaje se tiñe de blanco -por las flores del cerezo- y es un buen momento para recorrer los diversos pueblecillos de los alrededores como Cabezuela del Valle, Cabrero o Tornavacas. Hay también cascadas, miradores, rutas de senderismo y de barranquismo, planes ideales para los viajeros más aventureros que busquen una buena desconexión y descargar adrenalina.
Parque Nacional de Ordesa (Huesca)
En Aragón, más concretamente en la provincia de Huesca, se encuentra el macizo calcáreo más alto de Europa, que culmina en el Monte Perdido. Alrededor de él se alzan toda una serie de crestas montañosas, torrentes sinuosos y valles glaciares, con unas aguas de un azul tan puro que enamora.
Por el Parque de Ordesa se pueden realizar una gran variedad de excursiones, adecuadas tanto para deportistas experimentados como para familias con niños. Los pueblos de la zona, como Broto o Fiscal, también merecen una visita. Y es que algunos de ellos todavía conservan en buenas condiciones construcciones de origen medieval.
Foto: Jsanchezes
Parque Nacional de Aigüestortes (Lleida)
Situado en los Pirineos, en este parque especial se encuentra también el Estanque de Sant Maurici, uno de los mayores tesoros de Cataluña. Las excursiones que se pueden realizar en este enclave natural son incontables y aptas tanto para pequeños como para mayores, expertos o inexpertos.
Se puede recorrer con raquetas de nieve, hacer senderismo, o simplemente pasear para contemplar uno de los parajes naturales más bellos del norte de España, con más de 200 lagos y estanques, cascadas y bosques frondosos. Este es uno de los lugares donde respirar hondo y llenarse los pulmones de aire puro y limpio.
Foto: Victor molas
Seguro que entre todas estas propuestas ya has encontrado el plan perfecto para escaparte un fin de semana en pareja o con la compañía de los más pequeños de la casa. Sin duda, se trata de opciones más que apetecibles sobre todo en esta época del año.
