¿Sabemos realmente que significan estos términos? En el siguiente post trataremos de resolver cualquier tipo de duda al respecto y explicaremos qué significan estos conceptos de liquidez, solvencia y rentabilidad.
Liquidez, solvencia y rentabilidad ¿Qué son y qué se diferencian?
Antes de centrarnos en cada concepto, queremos destacar la importancia de los mismos, porque de alguna manera son el reflejo del estado económico y financiero de una empresa. Su correcto mantenimiento y sobre todo su previsión evitarán males mayores o irreparables en el futuro.
Liquidez
Es la cualidad que tienen los activos para convertirse en dinero efectivo de manera inmediata y sin que pierdan de forma significativa su valor. Cuanto más fácil sea transformar un activo en dinero, más líquido será.
El dinero es el activo más líquido de cualquier empresa, junto con las cuentas corrientes y los depósitos bancarios a la vista. En el otro extremo estarían las propiedades inmobiliarias, el equipamiento mobiliario, vehículos…
Básicamente, esta última parte que acabamos de comentar representa la mayoría de los activos fijos de la empresa, que aunque se puedan liquidar y pierdan más o menos valor, no nos aportarán dinero de manera inmediata.
En resumen, un activo líquido:
– Puede venderse rápidamente y en cualquier momento.
– Tiene una pérdida mínima de valor.
Solvencia
Del latín solvens es la acción y efecto de solver o resolver, la capacidad de satisfacer deudas y la carencia de estas mismas.
Es un indicador que sobre todo se practica en los estados contables, una relación entre el total de activos de una entidad (persona física o jurídica) y el total de pasivos. Dicha relación es un cociente que indica cuántos recursos se tienen en activo en comparación con el pasivo, es decir, que es la capacidad con la que cuenta un individuo o empresa para hacer frente a sus pagos, a sus deudas. Así, cuanta más capacidad de pago tenga una empresa o particular más solvente será.
Ambos conceptos, aunque aparecen inevitablemente vinculados y son fiel reflejo de la capacidad de pago de una empresa, son diferentes. Mientras la liquidez hace referencia a la capacidad de pago a corto plazo y de manera inmediata, la solvencia se refiere a compromisos más a largo plazo. De cualquier forma, ambas deben vigilarse y no ser descuidadas para que nuestro negocio funcione correctamente.
Rentabilidad
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) define la rentabilidad como la condición de rentable y la capacidad de generar renta (ganancia, beneficio, provecho, utilidad). También está vinculada con la obtención de ganancias tras realizar una inversión y generalmente se expresa en términos porcentuales.
La rentabilidad puede referirse:
–Rentabilidad económica: el rendimiento que se obtiene por inversiones, es decir, el beneficio comparado con el total de recursos empleados para obtener esos beneficios.
–Rentabilidad financiera: el beneficio comparado con los recursos propios invertidos para obtener tales beneficios.
–Rentabilidad negativa: cuando el tipo de interés de un depósito o crédito es menor que cero.
–Rentabilidad social: este tipo de rentabilidad es la que persiguen tanto empresas públicas como privadas y ONGs.
Para poder comparar la rentabilidad de los diferentes productos bancarios, es necesario un tipo de indicador que mida por igual todas las rentabilidades, y que tenga contemplados los gastos y comisiones que conlleva el producto bancario. Esta herramienta es lo que conocemos como TAE (Tasa Anual Equivalente) que va a expresar la rentabilidad bruta anual de un producto en el caso de los depósitos, o el coste que vamos que tener que pagar por un crédito.
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¿A qué esperas para que tu dinero sea rentable?
Solvencia, liquidez y rentabilidad, tienen factores o aspectos que les diferencian, pero sobre todo que les unen ya que lo que queda claro es que si queremos que un negocio funcione y goce de “buena salud” hay que cuidarlo, mantenerlo y vigilarlo de cerca.
