La región de Toscana es uno de los mayores encantos italianos. La combinación perfecta de historia, campiña, tranquilidad, gastronomía, cultura en un recorrido pueblo a pueblo (y ciudad a ciudad) que se puede hilvanar sin prisa para terminar de enamorarse de Italia más allá de Roma o Venecia.
Imagina explorar esos paisajes de colinas y viñedos entre pueblos y casas de campo que son dignas de un cuadro (pero estarán al otro lado de la ventanilla). Partir desde ciudades que enamoran como Florencia para proseguir noche a noche viviendo de un modo intenso el destino.
La idea de este post es desplegar una ruta inspiradora que se recomienda hacer en unos diez a quince días. Podría ser la ruta ideal por Toscana, porque incluye hacer un recorrido en un triángulo imaginario con punto de partida y llegada a Florencia incluyendo ciudades medievales como Siena, monumentos icónicos como la Torre de Pisa o pueblos preciosos como San Gimignano. Y lo mejor, con distancias relativamente cortas entre un punto y otro.
Distancia total a recorrer
La propuesta de ruta a continuación tiene una distancia total de 470 kilómetros de extensión, que se dice pronto. Sin embargo la recomendación de tantos días es para procurar viajar lento y disfrutar a gusto, estando dispuestos a afrontar los desvíos del camino que sean necesarios. Vale saber que las rutas de Toscana tienen una enorme densidad de atractivos que invitan a detenerse con solo mirar por la ventanilla con cierta atención.
Los puntos de la ruta en detalle son los siguientes (y en el orden de recorrido propuesto):
Partir desde Florencia
Unas dos noches en esta ciudad cuna del Renacimiento serán la mejor introducción a una ruta por Toscana. Ciudad romántica, engalanada con esculturas y edificios notables, museos de arte de escala mundial, Florencia respira arte y embruja con su atmósfera inspiradora. Un destino clásico sin fecha de caducidad.
Vinci
Apenas al partir desde Florencia estaremos en Vinci, la población donde nació Leonardo da Vinci (no podría haber nacido en un lugar o momento mejor para desplegar su genio). Estaremos en el corazón de la Toscana y en el comienzo de un roadtrip inolvidable.
Pistoia
O también Pistoya, es una ciudad de importancia para hacer una pausa (o hasta una noche). Como aprenderemos en cada poblado de Toscana, muchos de los mejores tesoros artísticos están en sus iglesias, y Pistoia no será la excepción.
Lucca
Es un lugar precioso para hacer noche dentro de su parte antigua. Una ciudad completamente amurallada (y cuyas murallas se conservan intactas) que hoy se utilizan como un paseo peatonal. Ciudad de famosos compositores como Giacomo Puccini, de plazas pintorescas y numerosas iglesias medievales o elegantes calles donde caminar.
Pisa
Poco hay que agregar sobre esta ciudad que no sea opacado por su torre inclinada. Pisa es sobre todo célebre por el complejo declarado como Patrimonio de la Humanidad en la Piazza dei Miracoli: su catedral de mármol y la llamativa torre de 58 metros de altura que se puede subir hasta lo alto.
Volterra
Será uno de los puntos más bonitos del viaje. Emplazado sobre una colina a 400 metros de altura, es un museo a cielo abierto de arquitectura y arte con historias que contar que van desde el período etrusco hasta romano, medieval y por supuesto renacentista.
Certaldo + San Gimignano
Sumo estas dos opciones porque bien podrían visitarse en una misma tarde (además están muy cerca). Certaldo podría ser una de las postales perfectas de un pueblo de la Toscana. San Gimignano es un pueblo famoso por su concentración de torres antiguas, al punto de ser conocido como la “Manhattan” medieval. A muchas de estas torres sobrevivientes (de un total de 74 hoy quedan unas 17 en pie) se pueden subir para obtener vistas fantásticas del pueblo y del entorno de campiña.
Siena
Es una de las imperdibles de la ruta por dos razones: fue una gran ciudad desde hace siglos y su aspecto actual es muy parecido al que tenía en el siglo XIV. Es que Siena supo rivalizar con Florencia (como la República de Siena) hasta caer en sus manos y entrar en decadencia.
Posee una de las plazas antiguas más bonitas e imponentes de toda Europa, escenario del famoso Palio de Siena.
Greve in Chianti + Montefioralle
Ya retomando el rumbo en dirección a Florencia, podríamos disfrutar de atravesar la colinas y viñedos de la zona de Chianti, para hacer una pausa intermedia en Montefioralle. O incluso conocer el pequeño pueblo de Greve in Chianti, la puerta de entrada a una de las postales de colinas y viñedos que dan fama a la región de la Toscana.
En Greve está la Piazza Giovanni da Verrazzano, un rincón precioso donde degustar el famoso vino rosso de Chianti. A apenas kilómetro y medio está Montefioralle, un vistoso pueblo fortificado que casi pasa al olvido a no ser por el impulso turístico décadas atrás. Hoy es un reducto detenido en siglos pasados con vistas fantásticas hacia las colinas toscanas. Será uno de los pueblos más bonitos que ver en el camino.
Regreso a Florencia
Nuestra ruta concluye en el mismo punto de partida, una oportunidad para tomar nuestro avión de regreso, o para profundizar en las magnificas huellas del Renacimiento que guarda como tesoros esta ciudad.
*Créditos fotos Matías Callone (Album toscana)
