¿Invertir a corto o a largo plazo?

1. El dilema de la bolsa

En la bolsa de valores, las estrategias de largo y corto plazo se distinguen por el origen de los beneficios. Los inversores que operan a corto plazo sacan sus ganancias de las plusvalías obtenidas comprando y vendiendo valores. Los que operan a largo plazo cuentan con los dividendos de las compañías cuyas acciones han adquirido.

Ventajas e inconvenientes de invertir a corto plazo en bolsa

Operar a corto plazo significa tener una idea bastante precisa de cuál debería ser el valor de mercado de una acción, comprarla cuando está muy por debajo de este valor y venderla cuando está por encima. Por eso, normalmente los inversores a corto plazo usan toda la información disponible para determinar no solo el valor razonable de un título, sino con qué descuento merece la pena comprarlo y con qué sobreprecio se puede esperar venderlo. De esa manera, determinan su estrategia. Si el título de la compañía X baja un tanto por ciento del valor estimado lo compran, y cuando supere otro tanto por ciento por encima de este valor, lo venden.
La principal ventaja del sistema es que como cada día hay variaciones significativas en el mercado, se pueden obtener grandes plusvalías simplemente aprovechando la información de lo que es un precio razonable, y viendo como las variaciones se van corrigiendo con el paso de los días, semanas o meses para situar el título en su precio justo.

En teoría, es muy sencillo, en la práctica, hay muchas malas sorpresas, por mucho que se disponga de la mejor tecnología de información y de los mejores programas de detección de tendencias:

• A veces, el precio de un título sigue creciendo mucho después de que el inversor haya hecho la reventa, lo que significa una gran pérdida de oportunidad.
• O lo que es peor, en otras ocasiones, el precio se sigue desplomando mucho después de haberlo comprado, obligando al inversor a elegir entre vender ya y aceptar las pérdidas o esperarse a ver si el título se recupera o sigue cayendo.

Por lo tanto, el principal inconveniente de la estrategia a corto plazo es el riesgo de perder mucho dinero simplemente porque el mercado no siga la tendencia esperada. Otra desventaja es tener que pagar las comisiones de transacción cada vez que se hace una compra o una venta.

Ventajas e inconvenientes de invertir a largo plazo en bolsa

Los inversores que eligen comprar títulos para mantenerlos en cartera el mayor tiempo posible también tienen que analizar mucha información financiera y optar por compañías con solvencia y potencial de futuro.

Cuando compran los títulos, intentan aprovechar momentos de bajada de la bolsa, para que la relación entre el coste de su inversión y su rentabilidad (vía los dividendos) sea la mayor posible.

La principal ventaja de la inversión a largo plazo es que limita mucho el riesgo. En efecto, es muy raro que la bolsa pierda valor en un plazo acumulado de 10 años, y aún más raro que eso ocurra en un plazo de 20 años. En otras palabras, para el inversor a largo plazo las variaciones de cotización, por muy extremas que puedan ser a corto plazo, no suelen ser problema ya que, a largo plazo, los títulos suelen aumentar sus precios. Eso sí, siempre existe la posibilidad de que una empresa quiebre, pero un buen análisis previo y la diversificación de activos debe limitar fuertemente este riesgo.

El inconveniente de la estrategia, sin embargo, es precisamente el tiempo que tarda en dar frutos. Sin embargo, si nos fijamos en casos de éxitos como Warren Buffet, quien llegó a ser el hombre más rico del mundo, podemos ver que la paciencia puede tener su recompensa.

2. El caso del mercado inmobiliario

No vamos a detallar mucho este párrafo relacionado con el sector inmobiliario, ya que hace unas semanas explicamos  las ventajas e inconvenientes de elegir una opción de inversión a corto plazo como comprar una casa para venderla con plusvalía,  respecto a optar por comprar para alquilarla, donde estaríamos hablando de una opción de inversión a largo plazo.

En la práctica, se asemeja al tema bursátil, salvo por el notable aspecto de los impuestos y gastos anexos, que limita mucho los casos en los cuales es rentable comprar para vender enseguida.

3. El caso de los depósitos

Los depósitos se pueden comercializar en periodos de tiempo relativamente cortos: por ejemplo, de 3 a 12 meses, pero también existe la posibilidad de contratarlos durante periodos más amplios como 1,2,3 y hasta 5 años.

Los depósitos a corto plazo tienen como principal ventaja que el dinero no se queda inmovilizado mucho tiempo, sino que se pueden usar como herramienta transitoria entre dos usos diferentes de unos ahorros. Por ejemplo, si se acaba de vender una casa y no se sabe aún si se va a comprar otra, o invertir en bolsa o en otros productos, una buena opción es contratar un depósito a corto plazo, que dará una rentabilidad a ese dinero mientras tanto.

En cambio, los depósitos a largo plazo suelen ofrecer una rentabilidad mayor que los de corto plazo. Este mayor interés se establece como compensación por inmovilizar el dinero durante un mayor tiempo. No obstante, los intereses que generan se pueden retirar de manera trimestral, como es el caso del Depósito Facto que además ofrece una rentabilidad de hasta el 1,50% TAE*.

Optar por depósitos a largo plazo es una buena opción, por ejemplo, cuando se estima que el mercado inmobiliario va a seguir bajando. Por tanto, no tendría sentido invertir en inmuebles en ese momento. Es mucho mejor esperar a que los precios bajen y al mismo tiempo aumentar el capital con los intereses generados a través de un depósito.

Esperamos que este artículo te haya ayudado a decidir qué opción de inversión, a corto plazo o a largo plazo, encaja mejor con tus preferencias. A partir de aquí ya puedes comenzar a plantear tu estrategia para obtener los mejores frutos.

*TAE del 0,30% (0,30% TIN) para un depósito a 3 meses, TAE del 1,25% (1,25% TIN) para un depósito a 12 meses y TAE del 1,50% (1,50% TIN) para un depósito a 60 meses. A partir de 10.000€ y con liquidación cada 3 meses. Oferta para particulares.