Puede que muchos de nosotros nos hayamos quedado sorprendidos cuando en el momento de comprar un billete de avión y comenzar a desglosar el precio final del mismo, comprobamos que una parte importante de este importe está dirigida a satisfacer costes relativos a impuestos y tasas aéreas o aeroportuarias.
¿Lo sabías? En el siguiente post te explicamos por qué se realiza de esta manera, así como todos los detalles sobre el proceso de configuración del precio de cada billete de avión. De esta manera, cuando vayas a comprar tu próximo vuelo, tendrás más información en tu poder y eso siempre es bueno de cara a contar con herramientas que te ayuden a realizar mejores elecciones.
Parte fija y parte variable
Factores como la compañía aérea con la que contratemos nuestro viaje, las horas de vuelo del mismo o la alta o baja intensidad de la demanda de un determinado destino, influyen directamente en el precio que pagamos por un billete de avión. Pero para entender bien todo lo que influye en el precio final de un billete de avión hay que empezar por saber que se divide en dos partes: una fija y una variable.
La parte fija se compone de lo que le cuesta a la compañía ofrecer ese billete sin tener en cuenta otras variables que se añaden al importe final en función del destino de ese trayecto. Aquí tendríamos que tener en cuenta variables como los sueldos de la tripulación, el combustible, la comida que se reparte durante el vuelo si el pasajero no la paga como si fuera un extra, etc. Este tipo de costes reciben el nombre de costes fijos. La parte variable, en cambio, hace referencia, sobre todo, a las tasas aeroportuarias. Es decir, los costes variables.
Tasas aeroportuarias
Son las que la compañía tiene que pagar por los servicios aeroportuarios de los que se beneficia y que en el caso de España los cobra Aena, que antes era pública y a partir del 2011 pasó a ser privada. ¿Cuáles son esos servicios? Pues hay varios y todos ellos se pueden consultar en la web de Aena. Incluyen, por ejemplo, la utilización de las pistas de aterrizaje, los servicios de meteorología, el control de pasajeros y de equipajes, la utilización por parte de los pasajeros de las terminales o el uso de las zonas de estacionamiento de los aviones, entre otras. Todos esos costes la compañía se los traslada a los pasajeros, incluyéndolos como parte variable en el precio del billete de avión.
Pero no todos los países tienen las mismas tasas. Según un estudio publicado en 2015, las tasas españolas son relativamente bajas, de alrededor de 16€ en vuelos de corta distancia y 23€ en los de larga distancia. Aunque hay países donde ese importe es todavía más bajo, es cero, como en Irlanda, Eslovaquia, Países Bajos o Japón. Y todo eso está, además, sujeto a variaciones. Hace poco el gobierno ha anunciado que las tarifas de navegación aérea van a reducirse un 12% para el año 2019. Habrá que ver si ese cambio hace que el precio del billete baje también o si las compañías no trasladarán a los pasajeros ese ahorro.
Otros factores
Si el precio se compusiera solo de esos ingredientes que hemos comentado, cualquier billete de avión sería mucho más barato. Pero a este importe, todavía hay que seguir sumando más factores que también dependen del país y de la compañía aérea que hayamos seleccionado para realizar nuestro vuelo.
En cuanto a impuestos, en España, por ejemplo, los vuelos nacionales pagan IVA –que en este caso es de un 10%-, los internacionales en cambio no. Por otro lado, cada compañía tiene sus características propias, pero hay muchas que suelen ser compartidas. Este es el caso del coste adicional por el tipo de tarjeta con la que el pasajero realiza el pago, las comisiones por el cambio de divisa si la compañía usa una diferente a la del pasajero, el seguro de cancelación, si opta por facturar maletas, etc.
También influyen mucho las fechas del vuelo –temporada alta o temporada baja-, el día de la semana –los fines de semana suelen ser más caros porque hay más gente que quiere volar-, o el destino, porque si solo vuela una compañía tiene adjudicado este destino, podrá subir más el precio ya que no tiene competencia.
