Los primeros meses del año son para muchos, y en particular para autónomos y empresarios, fechas de repasar balances y presentar sus declaraciones a Hacienda.
Para entender un poco mejor el sistema de impuestos español, hoy repasaremos los conceptos de impuestos directos e indirectos. Aprendiendo cómo funcionan este tipo de tributos y comprendiendo su importancia para el mantenimiento de la economía del país, quizá nos duela un poco menos el momento de realizar nuestra próxima declaración.
El concepto de tributo y sus clases
El concepto de tributo hace referencia a una serie de contribuciones económicas que cada ciudadano tiene que hacer, de forma obligada y por ley, para colaborar con el soporte económico del Estado. Estos tributos suponen una de las fuentes de ingresos más importantes para la Administración, quien debe gestionarlos para financiar una serie de servicios que satisfagan las necesidades públicas de la comunidad.
Hay varios tipos de tributos, principalmente:
- Las tasas, que se pagan para recibir de la Administración una contraprestación de beneficio individual, como puede ser una tasa por la expedición del DNI, la tasa de basuras o una tasa por la utilización de un terreno público para una actividad concreta.
- Las contribuciones especiales, cuya base imponible es un beneficio que el ciudadano ha obtenido por efecto de una actuación pública (por ejemplo, el aumento del valor de un bien inmueble a consecuencia de una obra pública o una nueva dotación de servicios públicos).
- Y los impuestos, cantidades que se pagan por ley, sin que exista una relación de contraprestación para el ciudadano. Se establecen en función de la capacidad económica de los contribuyentes y suponen la mayor parte de los ingresos públicos.
Dentro de los impuestos pueden hacerse, a su vez, diferentes tipos de clasificaciones. Podemos agruparlos según la autoridad que los recauda (estatales, autonómicos, locales…), en función de la periodicidad con que se tributan, etc. Sin embargo, la clasificación más extendida es la que los distingue en impuestos directos e indirectos.
Impuestos directos e indirectos
Hemos dicho que tanto los impuestos directos como los indirectos gravan la capacidad económica de los contribuyentes, esto es, su riqueza. La diferencia entre los impuestos directos e indirectos radica en la forma en la que lo hacen. Así, los impuestos directos se aplican sobre la capacidad económica de los sujetos de forma directa, es decir, sobre su patrimonio o sus rentas. Por otro lado, los impuestos indirectos se aplican sobre expresiones indirectas de la riqueza del contribuyente, gravando el consumo y la transmisión de bienes.
Simplificándolo mucho, podríamos decir que los impuestos directos se aplican sobre lo que tenemos y lo que ingresamos; y los impuestos indirectos, sobre lo que consumimos.
Impuestos directos
Como ya hemos dicho, estos impuestos se han de pagar simplemente por poseer un patrimonio o por obtener unos ingresos a través de las rentas de un trabajo, de un capital, de una actividad empresarial o cualquier otra forma de ingreso económico.
Algunos de los más importantes son estos:
– Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF)
El conocido IRPF grava las rentas obtenidas por una persona durante un período fiscal. La cantidad aportada viene determinada por un porcentaje de las ganancias de esa persona en función de un baremo de ingresos. Así, se pretende que las rentas más altas hagan una contribución proporcionalmente mayor a este impuesto. Las rentas del trabajo se nos retienen mensualmente de la nómina.
– Impuesto sobre la Renta de no Residentes
Sería el equivalente al IRPF para personas que no residen en España, que aun así, deben tributar a la Hacienda Pública.
– Impuesto sobre Sociedades
Se aplica sobre el beneficio neto de la renta económica obtenida por las empresas.
– Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones
Debe tributarse por ingresos recibidos de forma gratuita, sin que se ofrezca ninguna contraprestación en forma de trabajo o servicio, ni el traspaso de ningún bien. Es, por ejemplo, lo que se tributa por recibir una herencia.
– Impuesto sobre el Patrimonio
Está cedido a las Comunidades Autónomas y grava los bienes y la riqueza de una persona, como casas (excluyendo la vivienda habitual), joyas, obras, de arte, terrenos, etc. Actualmente hay un mínimo exento de 700.000 euros.
– Impuesto sobre Bienes Inmuebles
Se trata del famoso IBI que grava la posesión de viviendas y otro tipo de edificaciones.
– Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE)
Está gestionado por los ayuntamientos y grava las actividades económicas de personas físicas y jurídicas. Por lo tanto, debe aplicarse también a empresas, aunque existe una exención para ingresos inferiores a 1 millón de euros para sujetos pasivos del Impuesto sobre Sociedades.
– Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica
Se le conoce como habitualmente como el impuesto de circulación y grava la posesión de un vehículo que esté autorizado a circular por la red de vías del país. Los ayuntamientos son los responsables de su gestión.
Impuestos indirectos
Se aplican sobre el consumo de servicios y productos, pero también sobre la transmisión de derechos y de bienes. Sirven también, en parte, para compensar los gastos derivados del consumo de determinados productos. Los más significativos son los siguientes:
– Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA)
Es uno de los impuestos más conocidos por todos y el más representativo del concepto de impuesto indirecto. Grava diferentes bienes de consumo y servicio. Funciona a través del pago de un porcentaje del precio de estos productos por parte del consumidor final. El estado recauda el IVA a través de cada uno de los eslabones de la cadena de producción. Es decir, de la actividad empresarial. Puedes saber más sobre los tipos de IVA que hay en España en este artículo.
– Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados
Grava transmisiones de bienes y derechos de todo tipo, determinadas operaciones empresariales y actos que deben documentarse de manera oficial (por ejemplo, las escrituras de una vivienda y otro tipo de documentos notariales). Su gestión la llevan a cabo las Comunidades Autónomas.
– Renta de aduanas
Grava la importación de bienes desde cualquier país ajeno al Territorio Aduanero Comunitario que constituye la Unión Europea.
– Impuestos especiales. Gravan un determinado grupo de bienes considerados especiales, como la electricidad, los hidrocarburos, el alcohol o el tabaco.
Para que podáis clasificar de un simple vistazo los tipos de impuestos que tenemos en España os dejamos la siguiente infografía.
Ahora ya conocemos un poco mejor cómo funciona el sistema tributario español y qué tipo de actividades y posesiones son susceptibles de ser la base imponible de algún impuesto.
De esta manera, podemos saber cuál es la forma más eficiente de gestionar nuestros bienes y nuestro dinero, para ajustarnos a la fiscalidad vigente de la manera más rentable posible. Por ejemplo, ¿Conoces cómo tributas por un depósito?
