Uno de los puntos principales a la hora de apostar por un negocio propio es encontrar la rentabilidad. Es el objeto de deseo de todo emprendedor, el camino que se intenta seguir para llegar al llamado ‘break even’, es decir, el punto de inflexión en cuando una empresa comienza a generar beneficios. Cuando estamos ante una ‘startup’, alcanzar este punto es lo mejor que se puede lograr porque demuestra que el plan de negocio del proyecto era realista.
Llegar a este momento es el objetivo de toda empresa por pequeña que sea, pero conseguirlo no es fácil. Para lograrlo es necesario seguir a rajatabla el plan de negocio y saber virar y tomar las decisiones oportunas cuando sea necesario. Quizás este sea el segundo punto más difícil de ejecutar, pero también el más importante a la hora de alcanzar la rentabilidad. Antes de todo esto, es fundamental comprender el significado del retorno de inversión.
El retorno de inversión es la capacidad que tenemos que conseguir capital a partir de nuestros pasos. Básicamente es conseguir beneficios tras realizar el trabajo, pero teniendo en cuenta un factor indisoluble: lo que hemos invertido para conseguirlo.
Un retorno inversión debe ser siempre positivo, de lo contrario estaremos perdiendo capital. No tiene por qué ser muy alto, sino siempre acorde a lo que hemos invertido en el negocio.
¿Cuáles son los elementos indispensables para conseguir retorno de inversión en tus proyectos?
1. Prioriza en tus inversiones
A la hora de emprender, es fundamental que en cada paso que damos sea medido y cuente con una planificación exhaustiva. El Plan de Negocio está para cumplirlo y para evadirlo en caso de que sea necesario (cuando nuestro sector cambie drásticamente). Es por ello que, para obtener un mayor retorno de inversión, es necesario que prioricemos sobre dónde queremos disparar nuestras balas a nivel de inversión. Hay que resolver dos preguntas antes de lanzarse:
¿Qué proyección puede tener el negocio por el que vamos apostar? ¿Cuáles pueden ser las consecuencias negativas en caso de que la inversión fracase? La segunda es fundamental, pues no es habitual que se plantee.
Siempre hay que tener en cuenta qué va a pasar si la inversión es fallida. Es indispensable resolver esta ecuación para estar preparados en caso de fracasemos, y no debe tomarse como algo negativo, sino como una manera de prevenir.
2. Invierte siempre en consecuencia
En medio de esta cultura del emprendedor en la que la palabra “fracaso” parece un tabú, a la hora de potenciar el retorno de inversión es indispensable saber invertir siempre de forma consecuente. Debemos estar al tanto de todas las aristas de nuestro negocio para saber cuáles pueden renquear en caso de que la inversión no salga como esperamos. Dicho esto, mi recomendación es crear un Plan de Negocio previo a cada uno de los pasos que damos en inversión.
Piensa por un momento que vamos a embarcarnos en un nuevo modelo de negocio para nuestra ‘startup’ y que ese modelo requiere una inversión tecnológica notable. ¿Has revisado si tu plataforma actual puede permitir eso mismo que necesitas con retoques? ¿Es cien por cien necesario apostar por tecnología nueva? Quizás el paso más inteligente sea analizar en profundidad lo que tenemos delante y ver lo que se puede aprovechar antes de lanzarlos a la piscina.
3. Arriesga, pero sin perder la cabeza
A la vez que apostamos por invertir teniendo siempre factores como el estado de nuestra empresa, también es importante tener en cuenta el factor “riesgo». Del riesgo salen las mejores ideas y en ocasiones las más funcionales y exitosas, pero de nada sirve arrojarse al vacío con una idea que no tiene las mínimas papeletas de funcionar correctamente. Se dice que las grandes ideas son las que más riesgos asumen, pero un paso en falso puede ser el final de una ‘startup’.
Cuando nos movemos en un entorno tan volátil como el de las pequeñas empresas, especialmente en el terreno de la tecnología, la innovación es un valor añadido, pero con mi experiencia de empresario, emprendedor e inversor, valoro mucho que esta innovación venga siempre de la mano de grandes esfuerzos para justificarlo todo mediante un buen Plan de Negocio. Puedes tener la idea más arriesgada en la cabeza que si lleva planificación detrás podrá encontrar apoyo.
4. La mesura es indispensable
Prioriza, invierte y arriesga con cabeza, tres elementos que son indispensables a la hora de emprender y conseguir retorno de inversión pero que tienen que ir de la mano de un cuarto: la mesura.
Siempre que des un paso al frente, hazlo con mesura y cabeza. Valora estratégicamente cómo puede afectar la decisión a tu negocio. Los extremos nunca son la mejor opción en ninguno de los casos, por lo que saber medir los recursos es clave para tener éxito.
A la hora de medir, no solo influyen elementos palpables como el capital (dinero) en la inversión, sino también otros elementos no tangibles como el tiempo que necesitamos para transformar esos recursos en beneficios o el capital humano. La clave para tener éxito en todos estos frentes es saber medir lo que tenemos en cada uno de campos por los que vamos a apostar, y saber aportar todos los ingredientes en su justa medida.
El caso de las inversiones particulares funciona exactamente igual. Debemos apostar, pero siempre con cabeza. Por eso, antes de lanzarnos a realizar una inversión debemos conocer nuestro perfil de inversor para saber qué nivel de riesgo estamos dispuestos a asumir.
En este caso, si quieres asegurar el retorno de la inversión de esos ahorros que tienes parados, productos como el Depósito Facto pueden suponer una oportunidad perfecta, ya que ofrecen una TAE* de hasta el 1,66% con una liquidación trimestral de intereses. Si quieres conocer más este producto de ahorro puedes informarte aquí.
