Guía básica: cómo invertir en bolsa para principiantes

Ventajas e inconvenientes de invertir en bolsa

Todos habremos oído alguna vez historias sobre grandes inversores de bolsa que han conseguido jugosas rentabilidades. Este es el principal reclamo que hace que ahorradores e inversores pongan sus ojos sobre los mercados bursátiles. Y si bien es cierto que la principal ventaja de la inversión en bolsa es la promesa de alta rentabilidad, no lo es menos que al final esa rentabilidad de la bolsa es solo eso: una promesa. La inversión en bolsa se caracteriza por la alta volatilidad de los valores, por un alto nivel de riesgo y por la dificultad y complejidad que conlleva el hecho de intentar prever qué pasará con diferentes activos en el futuro. A todo esto, se suma la necesidad de emplear una cierta cantidad de tiempo y de esfuerzo en adquirir los conocimientos necesarios para operar en bolsa con un nivel de garantías relativo. O de asumir un gasto económico para que un profesional administre nuestra cartera de inversiones en bolsa por nosotros.

Antes de iniciarnos a invertir en bolsa, es muy importante que valoremos si es la mejor opción para nosotros, teniendo en cuenta nuestro perfil inversor, nuestros conocimientos sobre este nuevo medio, necesidades de ahorro, capital disponible y nuestras necesidades de liquidez a corto y medio plazo.

Tanto si la bolsa no es lo nuestro, como si queremos invertir en bolsa con más garantías, siempre es interesante valorar otros productos de ahorro e inversión que pueden ofrecernos rentabilidades muy interesantes sin la necesidad de exponernos a riesgos tan elevados. Así, productos como el Depósito Facto nos permiten obtener una rentabilidad por nuestros ahorros con un nivel de seguridad mínimo para nuestra inversión. Con el Depósito Facto podremos obtener rentabilidades de hasta el 1,25 % TAE* (1,25 % TIN), con el respaldo que ofrece el Fondo de Garantía de Depósitos italiano y con total flexibilidad, eligiendo la cantidad a invertir (desde 10.000 € hasta 3.000.000 €) y los plazos (desde 3 a 60 meses) de cada imposición.

¿Qué es y cómo funciona la bolsa?

La bolsa es un sistema financiero mediante el cual empresas y estados obtienen financiación. Para ello, sacan al mercado participaciones y títulos de deuda, con el objetivo de que los inversores los compren. Estos inversores, por su parte, buscan obtener una rentabilidad a través de la compra-venta de estos productos financieros. El precio de los títulos de deuda y las participaciones, así como su rentabilidad, depende de diferentes factores como la oferta y la demanda, la situación económica de la entidad emisora, su reputación, la calidad del producto, su escasez en el mercado, la coyuntura económica sectorial y global, etc.

¿Cómo se estructura la bolsa?

Para acceder a estas participaciones y títulos de deuda, los inversores pueden acudir a dos tipos de mercados. Por un lado estaría el mercado primario, en el que estados y empresas emiten por primera vez sus participaciones, principalmente acciones, o su deuda, habitualmente en forma de bonos. Por otro lado encontraríamos el mercado secundario, que funciona directamente como un mercado de compra-venta de acciones y otros activos financieros.

Los índices bursátiles

Además de en el mercado primario y en el secundario, las diferentes opciones de inversión en bolsa disponibles o valores se agrupan también en diferentes índices bursátiles. Por ejemplo, las acciones de las 35 principales empresas españolas cotizan en la Bolsa de Madrid a través del índice bursátil IBEX35, en el que encontramos empresas como Iberdrola, Inditex  o Telefónica. Lo mismo sucede con otros índices internacionales como el NASDAQ100, el DOW JONES 30 y otros índices bursátiles que podemos encontrar por todo el mundo. Estos índices reúnen y registran el valor histórico de las acciones de las empresas que los forman, a través de un sistema de puntos. De esta manera, los inversores pueden apreciar las fluctuaciones del valor relativo de las acciones de cada empresa e intentar prever su comportamiento futuro para obtener una rentabilidad. Otra manera en la que los inversores pueden obtener rentabilidad es a través de la repartición de dividendos que realizan algunas de estas empresas.

Tipos de activos en los que invertir en bolsa

Como adelantábamos más arriba, existen muchos tipos de activos a través de los que podemos invertir en bolsa. Podemos diferenciarlos principalmente en dos tipos: los de renta fija y los de renta variable. Entre los primeros, los más empleados son los bonos. Se trata de títulos de deuda emitidos por las empresas y otras entidades para financiarse. Estos bonos funcionarían como un préstamo y ofrecen una rentabilidad fija en un tiempo determinado y pactado de antemano. Por ello, suelen ser opciones de inversión con un riesgo no tan elevado como las de renta variable. Estas últimas, por su parte, están representadas principalmente por las acciones, cuyo precio viene determinado únicamente por la oferta y la demanda. Esto hace que la volatilidad de los valores suela ser mucho mayor, aumentando también el riesgo de la inversión, y con él, la magnitud de las ganancias y las pérdidas potenciales.

¿Cómo podemos invertir en bolsa?

Para invertir en bolsa necesitamos hacerlo a través de vehículos o productos de inversión. Con la expansión de las nuevas tecnologías y la evolución del mercado bursátil, hoy en día existen infinidad de maneras de invertir en bolsa. Las principales serían estas:

• A través de un bróker online o una cuenta de valores. Se trata de una plataforma en la que nosotros gestionamos la compra-venta de nuestras acciones. De esta manera, nosotros podemos decidir los valores y mercados a invertir, la cantidad de la inversión, nuestros horizontes temporales, etc. El uso de la plataforma suele llevar un coste asociado, pero resulta la forma más económica de invertir en bolsa.

• A través de un fondo de inversión o un plan de pensiones. En este caso invertiremos en bolsa a través de la adquisición de un producto financiero. Se trata de paquetes de acciones y otros activos financieros que son gestionados por profesionales que toman todas las decisiones de inversión. Es una buena opción de invertir en bolsa si no tenemos los conocimientos o el tiempo necesario para hacerlo de otro modo, pero debemos tener claro que aunque la gestión sea llevada a cabo por expertos, el riesgo de la inversión en bolsa es siempre alto y somos nosotros quienes lo asumiremos en última instancia.

• A través de ETFs o fondos cotizados (Exchange-traded fund). Es una opción de inversión que está a medio camino de un fondo de inversión y una acción. En este caso, invertimos en un conjunto de valores, pero este conjunto de valores se comporta como una acción dentro del mercado.

• Invertir contratando un Asesor Financiero Independiente (AEFI). Una de las opciones más recomendables cuando no tenemos los conocimientos necesarios para gestionar nuestra cartera por nosotros mismos. Este asesor independiente determinará nuestro perfil inversor (conservador, moderado o arriesgado) en función de nuestra tolerancia al riesgo. Teniendo en cuenta esto, así como nuestras necesidades de inversión, capital disponible y objetivos financieros, elaborará una estrategia de inversión recomendándonos los valores y mercados en los que invertir, así como las cantidades, o la cuenta de valores que mejor se adecue a nuestras necesidades.

Recomendaciones antes de invertir en bolsa para principiantes

Si estamos decididos a iniciarnos en el mundo de la inversión en mercados bursátiles, estos consejos nos ayudarán a hacerlo de manera responsable. Así, evitaremos riesgos innecesarios y sorpresas desagradables.

• Formarnos e informarnos. La inversión en bolsa es compleja. Si queremos invertir por nuestra cuenta, debemos asegurarnos de que sabemos lo que hacemos. Para ello, podemos leer libros y prensa especializada, buscar información en foros temáticos de confianza o hacer cursos de formación. Así, conoceremos todo lo que entrañan los mercados bursátiles y aprenderemos diferentes estrategias de inversión en bolsa. Si no tenemos tiempo o motivación para hacer esto, es mejor que elijamos otro tipo de inversiones o que contemos con la ayuda de un asesor financiero profesional y de confianza.

• Conocer a fondo los activos en los que vamos a invertir. Antes de decantarnos por una u otra opción, debemos realizar una investigación que nos ofrezca información fiable sobre la empresa emisora, el comportamiento del valor a lo largo del tiempo y, sobre todo, el nivel de riesgo de nuestra inversión. Si el valor se adecua a nuestra estrategia de inversión, adelante.

• Identificar los objetivos de nuestra inversión y determinar un plazo temporal para conseguirlos, en base a nuestras necesidades financieras.

• Decidir la cantidad adecuada a invertir en bolsa, dedicando a esto únicamente una cantidad de la que pudiésemos prescindir si hacer peligrar nuestro nivel de vida.

• Diversificar nuestras inversiones: eligiendo diferentes valores dentro de la bolsa, pero también otras opciones de inversión y ahorro más seguras que compensen las posibles pérdidas que tengamos en nuestras aventuras bursátiles. Así conseguiremos formar una cartera de inversiones equilibrada y minimizaremos riesgos.

• Valorar los gastos de gestión y comisiones originadas por plataformas de inversión en bolsa, productos de inversión o asesores. Asimismo, deberemos tener en cuenta los gastos fiscales asociados a la inversión en bolsa, entre el 21 % y el 27 % de los beneficios.

Ahora conocemos un poco mejor el mundo de la inversión en bolsa. Puede que resulte algo complejo al principio, pero siguiendo nuestros principios de inversión y estos consejos, podremos caminar sobre seguro y aprender, poco a poco, sobre el funcionamiento de los mercados. Y quizá también, conseguir cierta rentabilidad para nuestros ahorros.

*TAE del 0,25% (0,25% TIN) para un depósito a 3 meses, TAE del 0,75% (0,75% TIN) para un depósito a 12 meses y TAE del 1,25% (1,25% TIN) para un depósito a 60 meses. A partir de 10.000€ y con liquidación cada 90 días. Oferta para particulares.