¿Te imaginas un mundo en el que todavía intercambiásemos productos y servicios usando el trueque como se hacía hace siglos? Seguro que complicaría bastante las cosas. Por suerte, los métodos de pago han ido evolucionando a lo largo de la historia y lo siguen haciendo en la actualidad de manera muy veloz. Tanto, que quizás pronto no necesitemos llevar con nosotros nuestra cartera o monedero. ¿Te lo imaginas?
Del trueque a los pagos por tarjeta bancaria
Hace muchos años, los intercambios en el comercio y en otros ámbitos de la vida se hacían a través del trueque. De esta manera, los que criaban gallinas podían intercambiar huevos con aquellos que se dedicaban al cultivo del trigo, por ejemplo. Y así ambos estaban abastecidos de estos dos productos. Como es de imaginar, no se trata de un método muy práctico, y pronto aparecieron otras formas de pago estándar, que funcionarían como medidas de valoración más universales. Primero se usaron semillas, y luego, entorno al año 600 antes de Cristo, las monedas. En un primer tiempo, el método de pago tenía su propio valor, y se usaban metales preciosos como el oro o la plata. Pero con el desarrollo del comercio, surgieron los billetes (el dinero fiduciario) en el siglo XI en China y XVII en Europa.
Mientras tanto, en paralelo se fueron crearon los primeros banco y el dinero escritural, que era aquel que se iba registrando en la contabilidad de los bancos. Se estima que los Templarios fueron los en inventar las primeras transferencias bancarias, allá por los siglos XII y XIII. Aunque realmente, el uso masivo de la banca minorista es mucho más reciente, podríamos decir que en los últimos dos siglos.
En 1950 se lanzó al mercado la primera tarjeta bancaria, que fue la de Dinner’s Club. A finales de los años 1960 aparecieron los primeros cajeros, una herramienta financiera que utilizamos hoy en día con mucha asiduidad.
Actualidad y futuro de los métodos de pago
Con la revolución de las comunicaciones y, sobre todo, la evolución Internet, estamos viviendo una nueva era de los métodos de pago. Asimismo, entre las principales formas de pago que se emplean en la actualidad, podríamos destacar las siguientes:
- La tecnología contactless, que permite ahora usar un teléfono móvil para pagar en prácticamente cualquier TPV.Aunque todavía es un modo de pago vinculado a la tarjeta bancaria, su gran atractivo reside en que ya no hace falta llevarla físicamente para poder realizar cualquier pago.
- La banca online, como la que se emplea al 100% en la operativa de Cuenta Facto (https://valid.cuentafacto.es/), permite gestionar cualquier operación con tu entidad desde cualquier lugar del mundo con conexión a Internet y a cualquier hora del día. Además, en la zona euro las transferencias SEPA en euros son gratuitas.
- Existen multitud de aplicaciones que no requieren tener cuenta bancaria para efectuar pagos, la más famosa probablemente sea PayP
- Las criptomonedas están preparando el terreno para otros métodos de pago, usando la tecnología de cadena de bloques (blockchain).
- En algunos países europeos, existen voluntarios se han puesto bajo la piel unos chips para poder pagar en cualquier momento, sin riesgo de olvidarse la tarjeta en casa o de que algún ladrón la pueda robar.
- Los teléfonos móviles más avanzados ya incluyen tecnologías como el reconocimiento facial y algunas empresas de tarjetas ya han puesto en marcha la firma con huella digital. Esos métodos son más seguros y más prácticos a la hora de realizar nuestras compras.
- En China, decenas de millones de personas ya no usan monedas ni billetes para la inmensa mayoría de sus pequeñas transacciones diarias. WeChat(el Whatsapp chino) tiene un servicio para hacer pagos y cobros ampliamente aceptado, incluso en los pequeños comercios.
¿Cuál es el futuro de las carteras?
Está claro que existe una fuerte tendencia a usar el teléfono móvil para todo. Ya hemos hablado de cómo este dispositivo sustituye a las tarjetas de crédito de plástico y también al dinero en efectivo. Pero hay más documentos presentes en nuestras carteras que también se están digitalizando. Por ejemplo, muchas empresas ya tienen sus propias aplicaciones, que sustituyen las tradicionales tarjetas de fidelización que solemos llevar en nuestro monedero. ¿Te imaginas que puede llegar a suceder lo mismo con el DNI, el carné de conducir o la tarjeta sanitaria?
