Tanto si hablamos de grandes compañías, como si nos centramos en pequeñas y medianas empresas, o en el caso de los autónomos, el gasto en vehículos de empresa debe ser estudiado a conciencia. Independientemente del tamaño del negocio, una buena política de contratación o adquisición de vehículos puede suponer un gran ahorro.
Si la actividad empresarial está relacionada, en mayor o menor medida, con ofrecer servicios de transporte, entonces la gestión de la flota de vehículos se convierte en un pilar fundamental para la estrategia económica de la compañía.
En este sentido, desde hace ya varios años, el leasing y el renting vienen ofreciendo a los profesionales una buena alternativa a la compra de vehículos. Se trata de dos sistemas de alquiler de vehículos que, sin embargo, están diseñados para satisfacer necesidades empresariales diferentes.
A continuación, veremos en qué consisten exactamente el leasing y el renting, qué diferencia a estas dos fórmulas de alquiler de vehículos, cuáles son las ventajas de cada una de estas posibilidades y qué opción es más adecuada en función de nuestra estrategia de negocio.
Renting
El renting es un sistema de alquiler de vehículos en el que la empresa de alquiler y la empresa arrendataria firman un contrato de cesión del vehículo por un tiempo determinado. Por este motivo, el automóvil o el vehículo profesional en cuestión, nunca llega a ser propiedad de la empresa cliente.
Para la firma del contrato de renting, el arrendador suele solicitar el depósito de un aval. También deberá determinarse, además del modelo de vehículo que se contrata, la duración de período de alquiler, a partir de un mínimo de dos años; el importe mensual de las cuotas, el número de kilómetros mensuales o anuales que se van a recorrer con el vehículo, etc.
La principal ventaja del renting es que la cuota mensual que debe pagar el cliente por el alquiler del vehículo incluye todos los gastos que se derivarían si tuviésemos el vehículo en propiedad. Los contratos básicos de renting suelen incluir los gastos de mantenimiento del vehículo, como reparación de averías y revisiones. Pero también incluyen otros gastos importantes, como el pago de impuestos relacionados con el vehículo, el cambio de neumáticos cada vez que se cumple un determinado número de kilómetros o los gastos del seguro del vehículo.
El tiempo medio de duración de los contratos de renting suele ser de 4 años. En este sentido, el renting supone una solución perfecta para aquellas empresas que necesiten disponer de una flota que se renueve con cierta regularidad. Esto implica poder disponer siempre de automóviles y vehículos profesionales más eficientes y que cuentan con los últimos avances en seguridad. Por otra parte, las empresas que se dedican al renting consiguen mejores precios de sus proveedores que los que pueden obtener otras empresas o particulares. Por este motivo, aunque los gastos del automóvil vayan incluidos en la cuota mensual, el precio del renting sigue siendo atractivo para el arrendatario.
Como punto negativo, cabe señalar que los vehículos ofertados a sus clientes por las empresas de renting están limitados a una serie de marcas y modelos determinados. De esta manera, las empresas arrendadoras consiguen mejores precios de compra de los vehículos y se centran en los modelos más demandados por los profesionales.
Leasing
En el caso del leasing, aunque también puede entenderse como un contrato de alquiler, el propósito del mismo es la adquisición final del vehículo por parte del cliente. Por ello, es más apropiado verlo como una forma de financiación.
Los contratos mínimos de leasing también suelen ser de dos años de duración. Al finalizar este período, el arrendatario puede renovar el contrato de alquiler del automóvil; puede devolverlo; o puede adquirir el vehículo por la cantidad resultante de restar las cuotas ya pagadas al valor total del bien.
Hay que destacar que, aunque el leasing tiene un claro enfoque hacia la compra final del automóvil por parte del arrendatario, mientras no se efectúe esa compra, el vehículo pertenece a la entidad arrendadora. En este tipo de contratos, estaríamos hablando de una entidad financiera, quien adquiere el vehículo para posteriormente arrendarlo.
Pero, si bien la propiedad del vehículo no es del arrendatario, si lo son las obligaciones derivadas: el arrendatario deberá hacerse cargo de los gastos de la puesta al día del automóvil en materia de impuestos y seguro, y de los gastos por su mantenimiento (revisiones, reparaciones, recambios, etc.). Teniendo esto en cuenta, la verdadera ventaja del leasing reside en las facilidades de financiación que se ofrecen a los clientes.
Diferencias en materia fiscal
En lo referente a materia fiscal, la principal diferencia es que el renting se contempla como un sistema de arrendamiento, mientras que al leasing se le tratará como un sistema de financiación. En cualquiera de las dos modalidades, la utilización del vehículo deberá ser motivada por el desarrollo de una actividad empresarial o profesional de manera exclusiva.
- Balance de Situación de la empresa
En el caso del renting, el vehículo o los vehículos alquilados no contarán ni como activo ni como pasivo de la empresa. Por el contrario, si nos decantamos por el alquiler mediante leasing, éste aparecerá como inmovilizado en el activo, y como deuda en el pasivo de nuestro balance. En este sentido, podremos deducirnos la amortización del inmovilizado.
- IRPF o Impuesto de Sociedades
En el caso de que el autónomo o la empresa se acojan a un régimen de cotización que prevea la desgravación por gastos derivados de la actividad económica, las cuotas mensuales serán deducibles en su totalidad tanto para leasing como para renting.
- IVA
Independientemente de que optemos por el leasing o por el renting como solución de alquiler de vehículos para nuestro negocio, podremos desgravarnos el IVA de las cuotas mensuales. En el caso de turismos, la desgravación será solo de la mitad del impuesto, ya que, al igual que sucedería en el caso de la compra del vehículo, la ley actual presupone que solo el 50% del uso de este tipo de automóviles se destina a una actividad económica.
Renting o leasing ¿Cuál es mejor para mi negocio?
Como hemos visto, no existe una fórmula de alquiler de vehículos mejor que la otra. Si necesitamos renovar nuestra flota con relativa frecuencia, no preocuparnos de gastos de seguro, mantenimiento e impuestos, y queremos disponer siempre de vehículos en las mejores condiciones, quizá deberíamos decantarnos por el renting.
Si por el contrario, nuestra intención es la de terminar adquiriendo un vehículo concreto, tendríamos que considerar el leasing. En cualquier caso, ya hemos visto todas las ventajas que nos pueden ofrecer estas dos modalidades de alquiler como alternativa a la compra de vehículos de empresa. La decisión final deberá depender de nuestras necesidades específicas.
Renting o leasing, ¿con cuál te quedas tú?
