Con frecuencia, la imagen que se nos transmite de los deportistas de élite mejor pagados del mundo es una vida plagada de lujos y excentricidades. Coches de lujo, mansiones y un ritmo de vida en el que a pesar de las grandes fuentes de ingresos, los gastos en muchas ocasiones se ubican al mismo nivel.
Las estadísticas hablan por sí solas, la mala gestión de los futbolistas de primer nivel hace que un 30% de los jugadores activos estén arruinados y un 50% estarán en la ruina al finalizar su carrera (según Sport Bild).
El ex boxeador Floyd Mayweather se retiró como deportista profesional en septiembre de 2015, habiendo ingresado el año pasado 300 millones de dólares (convirtiéndose en el deportista mejor pagado). Hemos podido verle contando grandes cantidades de efectivo en su avión privado, alardeando de su flota de coches e incluso haciendo de la palabra “Money” (dinero) su apodo.
A pesar de que sus ingresos se ubican en niveles estratosféricos, sus gastos se sitúan en un nivel similar.
Sin embargo, ser rico nunca fue sinónimo de despilfarrador y el jugador profesional de fútbol americano Ryan Broyles es la prueba de ello.
Atribución: Keith Allison
¿Qué utilidad puede provocar tener 100 coches de lujo en lugar del coche que te gusta ó 2 mansiones en lugar de una casa confortable? Parece que ninguna, simplemente incrementar el ego del propietario, mientras ve cómo sus gastos fijos mensuales van en aumento y el riesgo de insolvencia se aproxima peligrosamente.
Historia de Ryan Broyles
Este jugador de fútbol americano lleva tan sólo 3 años en la NFL estadounidense. A pesar de haber disfrutado de unos ingresos muy elevados, desconoce qué ocurrirá en el futuro, tal vez se resienta de alguna antigua lesión que le impida seguir desarrollando con normalidad su carrera profesional o no consiga encontrar un nuevo equipo para jugar en una liga de primer nivel.
Por este motivo, ha aprovechado la oportunidad que se le ha brindado, para mantener un buen nivel de vida y asegurarse la independencia financiera para siempre.
Broyles ha jugado en los Detroit Lions entre 2012 y 2014 y en una entrevista concedida a MarketWatch, sorprendió al mundo con sus hábitos de vida, en los que la cultura financiera y de ahorro son una pieza fundamental.
Este joven de 27 años ha ganado 2 millones de dólares desde que comenzara a jugar en los Lions en 2012. Se ha fijado un presupuesto de gastos de 5.000 dólares mensuales (60.000 dólares al año), una cantidad bastante elevada para la mayoría de personas, pero no para alguien con su poder adquisitivo.
Sus amigos le preguntan por qué no tiene un coche de lujo, a lo que él no duda responder que algún día puede que lo tenga, pero no quiere tener que estar trabajando para comprarlo. Ryan es consciente de que si no se gestiona adecuadamente, el dinero, igual que viene, va.
“Quiero invertir y quiero que mis inversiones me proporcionen la independencia financiera” aseguró en la entrevista.
Lo cierto es que con una cartera diversificada o invirtiendo en renta fija, con el patrimonio de que dispone, no tendrá mayor dificultad para conseguirlo.
¿Cómo aprendió a ahorrar?
Cuando era tan sólo un niño, sus padres atravesaban una situación económica complicada, de modo que no disponían de mucho dinero extra, a pesar de esto, inculcaron a Ryan una serie de valores y ética del “trabajo duro”.
Con tan sólo 8 años, cortaba el césped para ganar algún dinero extra y costearse los viajes con el equipo de baloncesto en el que jugaba.
El futuro de Ryan Broyles
Este año 2015 abandonó los Lions y, a pesar de buscar un nuevo equipo, aún no lo ha encontrado. Su historial de lesiones puede jugar en su contra, aunque todo apunta a que está preparado para superar los problemas de salud derivados de estas lesiones y dar el siguiente paso en su carrera.
Si hay algo que le caracteriza es su perseverancia en la consecución de los objetivos que se marca, ha asistido a diversas conferencias sobre ahorro y escucha atento los consejos de personas con un mayor nivel de riqueza. Estudia técnicas para conseguir la máxima rentabilidad posible de su dinero con el mínimo riesgo.
A pesar de haber reducido su flujo de ingresos, no cabe duda de que sabrá utilizar correctamente su patrimonio.
Ryan es consciente de que, incluso dentro de los deportistas de primer nivel, existen diferencias abismales de salarios, entre los jugadores “top” y “el resto”. Este ejemplo es muy claro en deportes como el tenis, en los que el mejor pagado es el jugador que gana los torneos destacados (y habitualmente, la mayoría de torneos los ganan los 3 mejores jugadores).
Tal vez algún día podamos ver a Ryan Broyles dando conferencias sobre técnicas de ahorro e inversión. Sin duda, lo que ya ha conseguido es lanzar un mensaje al resto de deportistas profesionales.
