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¿De qué trabajarán nuestros hijos?

2 Feb, 2018 -

Cena de amigos. Todos por encima de la edad necesaria para ser Millenials. El tema de conversación gira alrededor de lo que deberán de estudiar nuestros hijos para tener empleo en el futuro. Hijos que sobreviven en un bachillerato exhausto pendientes de una universidad que ofrece un catálogo de opciones cada vez más alejado de las necesidades requeridas en el futuro. La pregunta siempre es la misma ¿de que trabajarán nuestros hijos?

La respuesta no es tanto en ‘qué’ sino ‘cómo’. Muy probablemente nuestros hijos se ocuparán de los mismos oficios, las mismas tareas y los mismos objetivos profesionales que nosotros pero lo harán de un modo muy diferente. Pensemos en la vida de un agente comercial hace apenas dos décadas. ¿Quién le iba a decir que pasaría de ser un ‘viajante’ a un experto en redes?

madre hijo sentados mapa

En una de mis últimas conferencias pregunté a los asistentes si sabían a qué se querían dedicar sus hijos. La mayoría respondieron que sí. Solemos pensar que los anhelos profesionales de nuestros pequeños podrán cumplirse porque miramos el futuro con la óptica de nuestro pasado reciente. Nadie puede saber cómo serán las profesiones en la década de 2030. Está bien como ejercicio pero, atendiendo a lo que ha pasado con nosotros en tan poco tiempo, debemos preguntarnos si realmente estamos preparándolos para la etapa de innovación y cambios más determinante que ha vivido la especie humana.

¿Los estamos haciendo? Probablemente no. Para hacerlo es imprescindible preparar previamente un mundo en el que el empleo, como ahora lo entendemos, no existirá y dónde se van a desligar conceptos como ingresos y empleo. No podemos crecer infinitamente. La economía circular, la sustitución de productos por servicios y una tendencia al uso en lugar de la posesión irán acompañando ese cambio.

Cuando yo estudiaba primaria, en los años setenta del siglo pasado, no había nada. Todo era en blanco y negro, hasta el color. Nada de lo que ahora me rodea, nada de lo que ahora convierte mi vida en mi vida existía. Cuando empecé a trabajar aterrizaban los primeros indicadores de que mi mundo sería un mundo digital pero, ni de lejos, se podía interpretar lo que iba a significar eso.

Ahora entras en un coche, como entonces, y te conectas a un universo binario que permite distribuirte de múltiples modos. Me hubiera encantado que en mi educación me hubieran preparado para un mundo líquido, cambiante, innovador y digital. No lo hicieron porque no era factible. Ni siquiera era probable. Nada hacía presagiar cómo serían los años noventa o el principio del siglo XXI. La ciencia ficción situaba a dos o tres siglos de distancia el mundo que ahora vivimos.

 

Si tu hijo, como el mío, tiene claro qué quiere ser de mayor, te adelanto que no lo será. Básicamente porque lo que ahora interpreta que puede ser su profesión seguramente será un desarrollo tecnológico automatizado quien lo ejecute o, en el mejor de los casos, será un derivado humano en el que, sea lo que sea que haga, lo hará de un modo tremendamente distinto. Tal vez las profesiones más ‘cool’ de hoy en día serán tediosas en el futuro y las menos reconocidas pasen a ser lo contrario.

En la escuela forman a nuestros hijos bajo el precepto de que lo que les espera es previsible. No hemos aprendido nada. Que nuestros niños todavía asistan a clases de ‘informática’ es de aurora boreal. ¿Cómo será su mundo profesional? ¿Cómo se relacionarán personas, empresas y organizaciones en el año 2033? No podemos saberlo pero deberíamos prepararlos para esa deriva y para que extraigan beneficio de ello.

Una educación tecnológica y multidisciplinar que abrace el sentido de la disrupción, de la innovación y de lo imprevisible se hace imprescindible. Una educación ‘freelance’ para un mundo ‘freelance’. Asignaturas interactivas, clases no definidas, cursos abiertos, notas asimétricas. De eso va el futuro y en eso deberíamos preparar a nuestros hijos.

Ejemplos a patadas. Es sencillo crear contenidos digitales que se adapten al alumno y no alumnos que se adapten a un libro de papel. Seguimos pensando con un prisma medieval en un mundo que está en plena erupción. No tenemos idea de cómo va a quedar la superficie tras esa lava en movimiento, pero lo seguro es que no se parecerá en nada al mundo que el sistema educativo actual dibuja en pizarras de exposición unidireccional.

 

Podemos intuir pero no saber. En seis meses todo lo que consideras que conoces lo puedes desconocer totalmente. La tecnología tiene como fin no sólo hacernos el trabajo más fácil sino, incluso, cambiar el propio concepto del trabajo tal y como ahora lo entendemos. Es obvio que los avances tecnológicos obligan a sustituir personas en muchos lugares por inteligencia artificial, robots y automatismos. Pero no deja de ser cierto que muchas empresas que abordan esa transformación con energía y estrategia decidida alcanzan pronto resultados muy positivos que les lleva a contratar más personas para nuevos espacios laborales que no existían hace unos meses. Nuevos empleos, nuevas maneras de trabajar y nuevos sistemas de relación entre empresas y empleados.

Si no tienes más remedio que participar en una de esas tertulias de sobremesa en la que aparezca el tema de la educación de tus hijos, su futuro laboral o derivados, piensa que lo que es seguro es que nada es seguro. Considera que en el futuro lo que no sea susceptible de ser sustituido por un robot o por un software tendrá un valor incalculable. Estimula la formación de tus hijos en los valores humanos, en la creatividad, en la intuición, en la ética y en la socialización. Probablemente sea lo que sea a lo que se dedique necesitará esas habilidades. Palabra de viejenial.

*Este artículo se elaboró con fecha 2 febrero, 2018, por lo que es posible que alguna información no esté actualizada. Te recomendamos que siempre revises la fecha de publicación del artículo. Consulta aquí las condiciones vigentes del Depósito Facto



Marc Vidal está considerado como una de las figuras más influyentes en Transformación Digital y en Industria 4.0. Entre sus clientes destacan empresas como Endesa, Basf, Merck, Microsoft o Allianz. Es un reconocido conferenciante y divulgador económico con programa propio en TVE. Su blog fue galardonado con el 3er premio EuroBlogs Awards. Actualmente es Advisor del d-LAB en el Mobile World Capital.



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