Vivimos en un mundo con unos recursos finitos y en una sociedad con unos hábitos de consumo muy pronunciados. Por este motivo, son cada vez más personas las que se preocupan por adquirir unos hábitos de consumo responsable, que resulte sostenible a largo plazo y permita que podamos seguir disfrutando de un estilo de vida productivo y eficiente.
Si esto es algo que también te preocupa a ti y crees que puedes hacer algo para mejorar tu forma de contribuir al medio ambiente, has llegado al lugar indicado. Aquí queremos ayudarte a ser un consumidor responsable y te proponemos unos hábitos muy fáciles de poner en práctica en tu día a día.
¿Qué es el consumo responsable?
El consumo responsable es el tipo de consumo que se rige por unos hábitos ajustados a las necesidades reales y promueve los bienes y servicios a favor del respeto y la conservación del medio ambiente y la igualdad social.
Según distintas instituciones y grupos que defienden el consumo responsable, hay unos puntos que se deben tener en cuenta para llevarlo a cabo de mejor modo posible:
- Tener en cuenta el impacto ambientalde los productos, desde su proceso de producción a su proceso de distribución, venta y los residuos que permanecen en el planeta
- Valorar la huella ecológica que produce un estilo de vida y de consumo concreto.
- Conocer cuáles son las empresas que respetan el medio ambiente y los derechos humanos en todos los procesos que participan en sus productos.
¿Qué hábitos se pueden seguir para lograr un consumo responsable?
Cambiar los hábitos de vida puede sonar como algo complicado de conseguir, ya que muchas de nuestras costumbres están bien arraigadas y son difíciles de alterar. Pero, en realidad, los hábitos que queremos proponer aquí son bastante fáciles de introducir. ¡Solo es cuestión de voluntad!
1. Lleva tus bolsas reutilizables a la compra
Este primer hábito de consumo responsable que proponemos no solo es fácil, sino que hasta es probable que lo hayas aplicado alguna vez. Di adiós a todas esas bolsas de plástico que venden en los supermercados y lleva tus propias bolsas de tela o, al menos, reutiliza las bolsas de plástico que ya has pagado en otras ocasiones. No solo ahorrarás dinero, sino que también colaborarás con el medio ambiente.
2. Compra solo lo que necesites
A todos nos ha pasado alguna vez que hemos llenado la cesta de la compra por impulso, incluyendo en ella productos que, en realidad, no necesitamos. En muchas ocasiones es frecuente que estos productos acaben en el fondo de la basura sin haber sido utilizados. Por ello, es muy importante que solo compremos aquello que necesitamos (no pasa nada por adquirir algún capricho) sabiendo al 100 % que le vamos a dar un uso práctico.
3. Prima los productos frescos en tu cesta
Los productos frescos, además de ser más beneficiosos en términos nutricionales y económicos, también son menos perjudiciales para la salud y el medio ambiente que los productos procesados. Y es que el tratamiento al que se someten para poder conservarse durante un tiempo más largo, hace que los productos procesados también causen un mayor impacto sobre el planeta, por lo que la elección de productos frescos es un win-win en toda regla.
4. No utilices productos de usar y tirar
Hemos estado inmersos en una cultura del usar y tirar durante las últimas décadas y esto es algo que ahora está cambiando. Todos los objetos de un solo uso, en los que los principales exponentes pueden ser los platos y vasos de plástico, pueden ser sustituidos por utensilios más duraderos que, además, suelen ser de mejor calidad.
5. Usa menos envoltorios
Existen muchos supermercados y productos que utilizan un exceso de bandejas, bolsas, plásticos, films… que en la gran mayoría de las ocasiones son completamente prescindibles. No solo pagas más por ese empaquetado, sino que es algo que se va a tirar rápidamente. En la medida que puedas, evita adquirir este tipo de productos.
6. Cuida la temperatura de tu hogar
Para conseguir una climatización más sostenible, hay trucos fáciles y eficaces que te pueden ayudar a ahorrar y a ser más sostenible. Entre ellos, podemos destacar los siguientes:
- Bajar las persianas en las horas de más calor.
- Ventilar durante el tiempo preciso por las mañanas.
- Aprovechar la fuerza del sol durante el invierno para calentar las estancias.
- Bajar las persianas para protegerse del frío por la noche.
7. Desenchufa los electrodomésticos que no utilices
Muchos electrodomésticos y aparatos que funcionan con electricidad siguen consumiendo energía aunque estén apagados. Esto sucede sobre todo en aquellos que, en realidad, solo se mantienen en reposo. Desenchufa aquellos que no estés utilizando y trata de evitar que aquellos útiles que necesitan recargar sus baterías, como móviles, tablets u otros pequeños electrodomésticos sigan conectados a la red cuando ya están completamente cargados.
En conclusión, el consumo responsable es algo que nos conviene a todos y, con un poco que pongamos de nuestra parte, podemos aportar mucho. Estamos seguros de que tú también puedes poner tu granito de arena y aplicar alguno de estos hábitos a tu día a día.