Hoy en día todos tenemos un teléfono móvil y lo utilizamos de manera cotidiana para realizar muchas tareas diferentes. Consultamos nuestras redes sociales y subimos fotos en ellas, nos descargamos diversas aplicaciones según nuestros gustos, hacemos compras online, etc. Todo eso puede suponer un riesgo para nuestra privacidad, porque vamos almacenando y compartiendo muchos datos personales que pueden resultar muy suculentos, especialmente para los ciberdelincuentes.
Por suerte, hay maneras de mejorar la seguridad de nuestro smartphone. Os contamos algunas de las más importantes a continuación.
Las contraseñas son útiles
Una buena manera de proteger nuestro teléfono es poner barreras a su acceso. Para eso, las contraseñas y códigos de bloqueo resultan muy útiles. Por un lado, debemos intentar usar contraseñas complejas (que combinen letras, números y símbolos) y que sean diferentes, tanto en los dispositivos que tengamos como en las cuentas online que utilicemos con frecuencia. Por supuesto, es muy importante que nuestro PIN del móvil no sea el mismo el que utilizamos en nuestra tarjeta de crédito, por ejemplo.
Bloquear la pantalla con una serie de números, con un patrón o con tu huella dactilar también es una opción más que recomendada. De hecho, podemos configurar ese bloqueo de una manera diferente a la predeterminada, usando más dígitos o letras. Para hacerlo, solo hay que seguir este camino: “Ajustes/ General/ Bloqueo con código” y desactivar la opción “Bloqueo simple”. Así, en caso de que lo perdamos o nos lo roben, cualquier persona que quiera acceder a él tendrá que restaurar los valores de fábrica y eso significa que todos los datos que había almacenados se borrarán.
Cuidado con ciertas aplicaciones
Hay algunas aplicaciones sospechosas cuyos nombres se parecen mucho a los de las aplicaciones seguras. El truco es que añaden alguna letra al final o alternan caracteres para provocar la confusión de los usuarios que, por desconocimiento, se la acabarán descargando por error. Por eso es importante comprobar bien lo que nos estamos descargando y utilizar canales seguros de descarga, como son la App Store para iOS y Google Play en el caso de Android.
Softwares antirrobo
Una de las aplicaciones antirrobo más recomendables y prácticas de todos los tiempos es Prey. A través de esta herramienta podremos geolocalizar nuestro dispositivo extraviado o robado cuando activemos la alarma que indica que nuestro móvil ya no está en nuestras manos.
Prey también nos enviará una tanda de fotos frontales y traseras realizadas a través de nuestro teléfono móvil para descubrir quién está usándolo, así podremos utilizar esas imágenes compro prueba a la hora de realizar una denuncia formal. También existen otras aplicaciones con funcionalidades similares como Find my iPhone o Google Device Manager.
Contra los virus
Pues sí, en los móviles, independientemente del sistema operativo que usemos, también pueden entrar virus. Por eso, al igual que hacemos con en el ordenador, es importante que contemos con un antivirus instalado que sea fiable. Además, debemos realizar un reconocimiento periódico que nos analice la salud de nuestro dispositivo.
Revisar las aplicaciones
No está de más que cada cierto tiempo revisemos las aplicaciones tenemos instaladas en nuestro dispositivo y los accesos y permisos que tienen.
En caso de que encontremos aplicaciones que no utilicemos nunca, debemos borrarlas, pues ralentizan el funcionamiento de nuestro terminal y además; aumentan su vulnerabilidad. Tampoco debemos olvidar que cuantas más aplicaciones tengamos, existirán más posibilidades de que un posible atacante las utilice para conseguir el control de nuestro móvil.
Cuidado con la wifi pública
Cada vez más espacios públicos o privados disponen de una red wifi abierta al servicio de los usuarios. Eso es una ventaja, pero también puede volverse en nuestra contra, porque a través de ellas los ciberatacantes pueden acceder a nuestra información y a nuestros datos confidenciales. Así que mientras estemos usando redes inalámbricas de uso público, es mejor que no realicemos operaciones bancarias ni nada que implique introducir datos personales o delicados en nuestro teléfono (contraseñas, claves bancarias, números de tarjetas, etc.)
No tenemos que olvidar que no se trata de volvernos paranoicos con este tema, pero sí es recomendable utilizar las herramientas que están a nuestro alcance para aumentar la protección de nuestro smartphone. Así que, como dice el refrán, siempre es mejor prevenir que curar.