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Consejos para invertir en una empresa no cotizada

25 Nov, 2015 -
Una opción de inversión interesante para una persona que busca sacar rentabilidad a sus ahorros es entrar en el capital de una empresa no cotizada. La rentabilidad puede ser muy alta, pero como suele ocurrir, el riesgo asociado también puede ser importante.
En este artículo, veremos algunos consejos que te permitirán seleccionar los proyectos más prometedores y reducir la incertidumbre.

mirador oficina blanco negro personas

 

Diferentes etapas en la vida de la empresa que implican riesgos diferentes

Podríamos resumir en tres las grandes categorías de situaciones en las cuales una empresa abre su capital a un nuevo socio, aunque realmente existen tantas situaciones como negocios:

  1. El proyecto que empieza desde cero. Se trata de un emprendedor (o grupo de emprendedores) que tienen una idea de negocio pero no tienen el capital suficiente para iniciar la actividad y van buscando socios capitalistas para poder arrancar.
  1. El negocio que ya lleva un tiempo en el mercado pero necesita una inyección de capital adicional para financiar su crecimiento o nuevas inversiones.
  1. La compra de la participación de un socio que desea salir de un proyecto ya consolidado, por cualquier motivo.

Por regla general, la primera situación es la más arriesgada, pero también puede ser la más rentable. La segunda situación presenta un riesgo más bajo que la anterior, y la tercera es bastante menos arriesgada, porque se conoce mucho más sobre la rentabilidad del negocio.

En este artículo vamos a analizar en mayor profundidad los dos primeros casos, que son los que implican un mayor riesgo en la valoración de una inversión.

Se invierte más en personas que en ideas

Lo que suele hacer la diferencia entre un negocio con éxito del resto  es la capacidad del equipo promotor y su adecuación con el proyecto. Para un inversor, es fundamental comprobar que las habilidades, los conocimientos y las experiencias profesionales de los líderes de la empresa encajan con lo que requiere las capacidades requeridas por el proyecto.

Por ejemplo; si dos cocineros y dos camareros vienen a solicitar inversión en una plataforma online sobre viajes, el inversor potencial debería tener el mismo escepticismo que si un grupo de informáticos presentan la apertura de un restaurante.

Mientras que si los perfiles encajan con el proyecto (suponiendo ahora que los dos cocineros y los dos camareros quieran abrir un restaurante), también hay que valorar la capacidad de estas personas para llevar un negocio, es decir, manejar eficazmente a un equipo de personas y tener un mínimo de visión empresarial y económica.

Cuanta más original es la idea, mayor es el riesgo

Muchos emprendedores se enorgullecen de haber descubierto una idea de negocio en la que nadie había pensado antes. Se convencen de que ser los primeros les asegura dominar el nuevo mercado y tener grandes beneficios. En realidad, cuánta más rompedora sea la idea, más improbable es que funcione y hará que el inversor soporte un mayor riesgo. Muchas veces, si no hay una propuesta similar en el mercado, es porque no hay mercado.

Para un inversor, es más interesante valorar un proyecto basado en un mercado ya conocido, y que ofrece una mejora, aunque pequeña, respecto a lo que ya existe. Se puede dar un mejor servicio,  servicios adicionales u ofrecer precios más competitivos…Hay muchísimas formas de hacer evolucionar un negocio clásico y aportarle un pequeño plus que los clientes puedan valorar positivamente.

¿Invertir en el negocio de un familiar?

Es bastante habitual que un familiar o un amigo propongan invertir en su negocio. El siguiente punto consiste en decidir qué criterio va a prevalecer en la decisión de inversión.

  • Si es el criterio afectivo, entonces será mejor considerar el dinero invertido como una cuasi donación, y aceptar que se pueda perder.
  • Si es el criterio económico, entonces el análisis del proyecto se tiene que hacer de la misma forma que se haría para cualquier desconocido, y ya sabemos que siempre es complicado eliminar de la ecuación el criterio afectivo.

 

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Preguntas que debería hacer un inversor al promotor de un proyecto

  1. ¿Cuál es el negocio?

Es fundamental entender muy bien en qué consiste el concepto del negocio. Si no se entiende bien o si los promotores no parecen tenerlo tan claro, es señal para no invertir, al menos de momento.

  1. ¿Por qué sois las personas más adecuadas para llevar a cabo este proyecto?

  1. ¿Quiénes son los clientes?

Hay que desconfiar de los promotores que hablan de vender a todo el mundo. Los negocios realmente generalistas son muy raros. Los emprendedores deberían tener muy claro cuál es el público objetivo.

  1. ¿Cuál es el tamaño del mercado?

La respuesta a esta cuestión nos dará pistas sobre el potencial de crecimiento y de rentabilidad del negocio.

  1. ¿Cuáles son los principales competidores y cómo se diferencia el proyecto?

Emprender es competir, y cuánto mejor conozcan los promotores a sus competidores, ofrecerán un producto o servicio más profesional y diferenciado.

  1. ¿Cómo se posiciona la empresa a nivel de precios?

Es importante saber si los emprendedores tienen clara su política de precio y concretamente cuánto van a pedir por cada producto o servicio.

  1. ¿Cómo se consiguen los clientes?

Algunas personas piensan que con colgar el cartel de abierto o poner online  su página web van a tener clientes. La realidad es que sin una estrategia de comunicación, es difícil atraer clientes. Por eso es importante saber lo que tienen que decir los promotores al respecto.

  1. ¿Qué resultados se han conseguido hasta ahora?

Lo ideal es que ya se hayan cerrado ventas o incluso que haya meses de actividad cuya rentabilidad se pueda valorar. Si no hay ventas, sería conveniente tener, al menos, acuerdos cerrados con clientes. En el mundo online, aunque no haya ventas, debe haber usuarios.

  1. ¿Cuánto vale la empresa?

La respuesta a esa pregunta es bastante más fácil cuando el negocio lleva tiempo funcionando (se pueden usar algunos ratios financieros de referencia que ya explicábamos en este post. Para proyectos nuevos todo es muy discutible, pero lo importante es que el razonamiento presentado por los promotores tenga sentido. Los emprendedores tienden a valorar su empresa lo más alto posible…

  1. ¿Cuánto dinero necesitáis?

Sabiendo lo que vale la empresa y el dinero que se pide a los inversores se determina un reparto del capital. Por eso es importante negociar sobre el valor de la empresa.

  1. ¿En qué se va a invertir el dinero?

Hay que tener muy claro para qué se va a usar el dinero. No es lo mismo que se destine para pagar unos sueldos confortables a los emprendedores que para comprar una maquinaria estratégica. Es imprescindible conocer en detalle el uso del dinero.

  1. ¿Cuánto han invertido los emprendedores hasta ahora?

En muchos casos, los promotores pretenden invertir solo su tiempo y no arriesgar su propio dinero. Para un inversor, es una señal muy negativa. En cambio, que un emprendedor haya invertido su propio capital demuestra un mayor grado de compromiso con el proyecto.

  1. ¿Cuál es la rentabilidad estimada?

En cualquier inversión este es un dato fundamental. En el caso de una empresa no cotizada, no se puede garantizar nada, pero tener algunas proyecciones financieras o incluso resultados reales permite construir una idea más clara de la rentabilidad potencial.

  1. ¿Qué tipo de relación se quiere?

Hay muchas opciones. Algunos emprendedores solo quieren el dinero del inversor pero no quieren que este se involucre en la gestión más allá del seguimiento normal de su inversión. Otros en cambio, esperan consejos, ayuda con redes de contacto o incluso una participación en la gestión del negocio.

También hay que discutir desde el inicio los términos de la duración de la colaboración. A veces se requiere un inversor para un tiempo, para luego recomprarle su participación con una plusvalía interesante. Otras veces se busca a alguien para el largo plazo.

  1. ¿Hay un plan B?

Esta pregunta parece un poco abrupta pero es necesaria. En general, los emprendedores tienen muy claro su proyecto, pero algunos no contemplan la posibilidad de fracaso. Por eso es importante preguntarles por las alternativas si las cosas van mal y las ventas no están a la altura de lo esperado.

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Las respuestas a estas preguntas dicen mucho sobre la capacidad de adaptación de los promotores y pueden aclarar tus dudas a la hora de tomar tu decisión sobre invertir o no en un negocio.

¿Eres una empresa y buscas invertir?

Si por el contrario, eres una empresa y buscas invertir parte de tu capital, te recomendamos que consultes el Depósito Facto para empresas; un depósito en el que es la propia empresa la que decide el día exacto de vencimiento de su imposición. Además, el Depósito Facto para empresas es un producto que se personaliza en función de las preferencias de capital y plazo tu negocio ofreciendo una TAE realmente interesante.

Para consultar las condiciones específicas con las que el Depósito Facto beneficiaría a tu negocio, puedes informarte aquí.

*Este artículo se elaboró con fecha 25 noviembre, 2015, por lo que es posible que alguna información no esté actualizada. Te recomendamos que siempre revises la fecha de publicación del artículo. Consulta aquí las condiciones vigentes del Depósito Facto



Emprendedor, consultor y blogger. Co-fundador de Netivist y redactor de los blogs Crear mi Empresa e Ideas y Ahorro. Gerente de Consultoría Financiera Kerfant. Facebook: IdeasyAhorro Twitter: @IdeasyAhorro



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