La situación económica de los últimos años ha propiciado una proliferación de nuevos empresarios y profesionales por cuenta propia. Bien por espíritu emprendedor o por la necesidad de reinventarse profesionalmente, muchos españoles se han unido a las filas del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social, el RETA. Tanto es así, que nuestro país ya cuenta con unos 3,5 millones de trabajadores de este tipo, y que representan en la actualidad uno de los grandes motores de nuestra economía nacional. Por ello, todo apunta a que 2017 traerá consigo una reforma de la Ley de autónomos, aunque aún no hay nada definitivo. La mayor parte de agrupaciones presentes en el Congreso se han manifestado a favor de esta reforma, pero muchas han expresado también su voluntad de presentar enmiendas a la propuesta inicial. Ante la importancia que supondría la reforma para muchos trabajadores, vamos a analizar algunos de los cambios concretos que se pretenden con esta nueva Ley de autónomos. Siempre desde la cautela, ya que se trata de un texto legal aún en ciernes.
¿Qué medidas recogería la nueva Ley de autónomos?
Según sus impulsores, esta nueva Ley surgiría de la necesidad de mejorar la situación de los adscritos al Régimen Especial de Trabajadores autónomos en aspectos como la conciliación de la vida familiar y la laboral; la mejora de las condiciones de cotización; la garantía de la protección social de los autónomos; y el fomento del emprendimiento. A continuación, veremos los puntos más relevantes de la propuesta.
Ampliación de la tarifa plana para nuevos autónomos
Si esta nueva Ley sale finalmente adelante, parece ser que uno de sus puntos fuertes será la ampliación de la tarifa plana de 50 € para los nuevos autónomos. En la actualidad, esta reducción de la aportación inicial a la cotización a la Seguridad Social tiene una duración de 6 meses, y con la nueva medida, se vería extendida hasta el año.
Ajuste de la base de cotización a los ingresos reales del autónomo
Queda aún pendiente saber si esta medida traerá consigo la implantación de cuotas de autónomo progresivas en función de los ingresos de cada trabajador. Pero parece ser que lo que sí se llevará a cabo es la eliminación de la cotización para aquellos trabajadores cuyos ingresos mensuales no lleguen al Salario Mínimo Interprofesional. Este, quedaría fijado por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social en 707,60 € para el año 2017.
Por otra parte, se introduciría la posibilidad de realizar hasta 4 cambios anuales en la base de cotización del autónomo, que en la actualidad están limitados solo a 2.
Ajuste del tiempo de cotización a los días reales de trabajo del autónomo
Actualmente, los trabajadores autónomos tienen que cotizar por el primer mes de alta, y por el último mes antes de la baja en la Seguridad Social, completos. Con independencia del día del mes en el que se solicitaran estos trámites. Con la nueva Ley se vendría a solucionar esta injusticia y se tendrían en cuenta a efectos de cotización solo los días reales de alta. Esto podría extenderse también al resto del período de cotización, pudiendo suspenderse la cotización durante los días en los que el trabajador no presente actividad laboral.
Gastos deducibles
En este ámbito, se pretendería eliminar las diferencias de criterio entre los impuestos del IVA y los de IRPF. En la práctica, supondría la posibilidad de deducir hasta un 50 % de los gastos ligados al vehículo vinculado a la labor profesional en el IRPF. También afectaría al 20 % del gasto del autónomo en luz, agua y gas, que sería también desgravable.
Aumento de la protección social de los autónomos
La nueva Ley buscaría equiparar la protección social de los trabajadores autónomos con la de los trabajadores por cuenta ajena. Entre las medidas más esperadas está la posibilidad de beneficiarse de las bonificaciones que se desprenden de las bajas por maternidad sin que exista la necesidad de contratar a un trabajador que sustituya a la madre durante este período. Así pues, las cuotas de cotización de la trabajadora autónoma quedarían suspendidas durante el período de maternidad. También se buscaría incentivar a las autónomas que vuelvan al trabajo en los dos años posteriores a la maternidad, de manera equivalente a la manera en que se incentiva la incorporación de las trabajadoras por cuenta ajena. En cuanto a la jubilación, se buscaría contabilizar toda la vida laboral del trabajador a efectos del cálculo de la pensión: tanto el tiempo trabajado por cuenta propia, como el cotizado por cuenta ajena. En este terreno y para fomentar el trabajo, también se considerará la posibilidad de que los autónomos puedan compatibilizar su labor profesional con el cobro de la pensión tras la jubilación.
Todas estas son medidas que están aún sobre el papel y todavía queda por ver cómo se llevarán a la práctica. Pero, en cualquier caso, merece la pena estar atentos a la evolución que va tomando esta nueva Ley de autónomos, ya que podría beneficiar en gran medida, no solo a los más de 3,5 % millones de trabajadores de este tipo que hay en nuestro país, sino también al resto del sistema económico español.