Hay muchos aspectos que nos hacen sentirnos cómodos en nuestro puesto de trabajo: la posibilidad de desarrollar una carrera y sentirnos realizados profesionalmente debería ser uno de los principales. Pero también influyen otros aspectos como el ambiente de trabajo, la posibilidad de conciliar nuestra vida laboral con la familiar, o que desde la empresa se valore el trabajo que realizamos.
Dicho esto, para que un trabajo pueda llamarse trabajo, de por medio tiene que haber una contraprestación económica: el sueldo. Y si el sueldo que percibimos por nuestro trabajo no se corresponde con nuestras expectativas, es muy probable que dejemos de sentirnos a gusto, por muy bien que nos llevemos con nuestros compañeros y por muchas felicitaciones que recibamos desde nuestros superiores. Al fin y al cabo, el salario es el objetivo último de una relación laboral. Por ello, si creemos que no estamos recibiendo una retribución adecuada en relación al valor que aportamos a la empresa, deberíamos pedir un aumento de sueldo.
A continuación, desarrollaremos una serie de claves que deberíamos tener en cuenta cuando vayamos a pedir una subida salarial. Siguiendo estos pasos, será mucho más probable que obtengamos un sí por respuesta.
1. ¿Merezco un aumento de sueldo?
Partiremos de la base de que si estamos planteándonos pedir una subida de sueldo es porque intuimos que hemos hecho méritos para merecerlo. No tendría ningún sentido solicitar un aumento si sabemos que últimamente no hemos estado dando la talla en nuestro trabajo.
Tenemos que saber que merecemos ese aumento. Primero, porque solicitar un aumento de sueldo no deja de ser una negociación, por lo que difícilmente podremos convencer a alguien de que merecemos un aumento si nosotros mismos no lo tenemos interiorizado.
En segundo lugar, debemos analizar objetivamente si el rango salarial en el que estamos se corresponde con el trabajo que estamos realizando. En este sentido sería interesante recopilar datos sobre el salario medio en el país donde trabajamos, de la comunidad autónomo, del sector en el que desarrollamos nuestra profesión y de nuestro cargo. A partir de ahí, podremos defender sobre los datos la pretendida subida salarial. Debemos, en resumen, hacer un pequeño estudio de mercado que nos sirva para contextualizar nuestra situación laboral.
2. ¿Cuánto quiero ganar?
A partir de los datos recopilados en el punto anterior, así como de nuestras propias aspiraciones y ambiciones laborales, determinaremos una cifra concreta que será nuestro objetivo al solicitar el aumento. Debemos intentar afinar al máximo esta cifra, ya que si nos pasamos o nos quedamos cortos al solicitar un aumento, podemos transmitir sensaciones negativas a nuestros superiores. Para argumentar que merecemos un incremento de sueldo, debemos evitar siempre compararnos con otros trabajadores de la empresa: el valor añadido que aportamos a nuestra empresa debería ser motivo suficiente para justificar una subida de sueldo. Compararnos con otros compañeros resulta ineficaz y puede entenderse como un síntoma de inmadurez por parte del trabajador. En cambio, lo que sí podemos hacer es contextualizar nuestra situación contrastándola con la de la media del sector profesional en el que nos encontramos.
A la hora de fijar una cifra, debemos tener en mente que es muy posible que quieran negociar ese sueldo, por lo que deberíamos solicitar una cifra levemente más alta en primer lugar, para tener un cierto margen de regateo y mostrarnos flexibles.
También es importante la manera en la que expresemos nuestro sueldo. Por ejemplo, si hablamos de cifras mensuales en lugar de anuales, la percepción psicológica para nuestros superiores será de un desembolso menor. Es una estrategia de marketing, muy básica pero efectiva, sobre la que se sustentan, por ejemplo, las compras a plazos¿Qué aporto yo a la empresa?
El éxito o fracaso en la consecución del aumento de sueldo va a depender principalmente de este punto. Debemos ser capaces de dar suficientes motivos como para hacer valer ese aumento de sueldo. Tanto en términos de rentabilidad, como en demostrar una actitud proactiva, ambiciosa, de compromiso con la empresa, etc.
Para ello, debemos hacer un breve repaso sobre nuestros éxitos profesionales más notables conseguidos en nuestro puesto actual, así como de las veces que hemos sabido gestionar positivamente los momentos de crisis. Una vez hemos puesto en valor el trabajo realizado, debemos centrar nuestro discurso en el futuro, demostrando una vez más nuestro compromiso con la empresa y haciendo entender que las responsabilidades que asumiremos en el futuro bien valen el aumento que pedimos.
4. Valora el salario emocional
Puede ser que debido a la situación económica o a las políticas empresariales de la compañía, que tus superiores no estén muy por la labor de asumir un mayor desembolso económico.
Ante esta posibilidad, debes anticiparte valorando otras ofertas que estarías dispuesto a aceptar y que supongan una mejora de tus condiciones laborales, aunque no lleven directamente a una mayor percepción económica. Es lo que se entiende como salario emocional y puede tener la forma de más días de vacaciones, una reducción de la jornada laboral manteniendo el sueldo actual, posibilidades de formación dentro de la empresa, facilidades para tu transporte, etc.
5. El momento importa
El momento en el que presentes la solicitud de aumento de sueldo puede ser crucial para obtener el éxito. Sin duda, tendrás más posibilidades de obtener una subida salarial si planteas el tema a tu responsable cuando aún está reciente en su memoria alguno de tus últimos logros laborales.
También es muy importante tener en cuenta la situación global de la empresa en ese momento: si acaban de cerrar nuevos contratos con clientes, si se está ampliando plantilla, etc. También deberías estudiar un poco al superior de quien depende tu subida de sueldo, descubrir en qué días de la semana se encuentra más receptivo para hablar, en qué momento del día es más accesible e incluso cuál es su equipo de fútbol: no, si acaba de ser eliminado de la Champions no es un buen momento para pedir un aumento.
6. Cuida las formas
Solicitar un aumento de sueldo es un tema importante para ti y así debes afrontarlo. No debe ser algo que hables de manera informal con el responsable de turno. Es importante que acuerdes llevar a cabo una reunión formal para abordar el tema. Además, esto ayudará a predisponer a tus superiores a hacer una valoración del asunto y estarán más abiertos a escucharte que si se lo dejas caer por sorpresa.
Antes de la reunión, planifica como vas a exponer tus argumentos, ordena tus ideas, aporta datos, apóyate en recursos gráficos si lo consideras necesarios, ensaya, etc. No debes dejar nada al azar para el día de la reunión. Cuanto mayor rigor emplees a la hora de plantear el asunto, más fácil será que convenzas a tu interlocutor.
7. ¿Qué hacer si te lo deniegan?
Si lo has hecho todo como debías y aun así obtienes un no por respuesta, no desesperes. Todos sabemos que los senderos de la empresa son inescrutables y que, a veces, algunas decisiones no parecen ajustarse a ningún tipo de lógica.
Si este es el caso, no debes caer en la frustración, ya que tus superiores también valorarán tu capacidad para encajar un no de una manera racional. Debes focalizar tus esfuerzos en demostrarles que han tomado una decisión equivocada, pero debes hacerlo a través de tu trabajo, de tu profesionalidad y de tu compromiso con la empresa. Eso te dará aún más argumentos para volver a solicitar una subida de sueldo cuando hayan pasado algunos meses y habrás demostrado que valoras tu trabajo y que tienes ambición profesional. En la próxima oportunidad, el sí estará más cerca.
Aquí os dejamos una infografía en la que recopilamos los pasos más importantes descritos en el artículo:
