En los mercado financieros se suele hablar mucho de los índices bursátiles y de las variaciones de las cotizaciones de empresas, pero en realidad, existe un mercado con un impacto mucho más importante sobre nuestras vidas que debemos seguir de cerca. Se trata del mercado de bonos, también conocido como mercado de deuda o renta fija, al cual acuden desde los Estados hasta las grandes empresas para financiarse.
Si te interesa este tema, a continuación te explicaremos cómo funciona este mercado y detallaremos sus características más importantes.
¿Qué son los bonos y quién los emite?
Los bonos son un tipo de instrumento financiero en forma de títulos de deuda, que vienen asociados a unos intereses al vencimiento (llamados cupones). Se emiten por un tipo de interés y un plazo determinados (por ejemplo, a 10 años) y el objetivo principal para sus emisores está en la obtención de fondos.
Los emisores de este tipo de productos son principalmente los Estados que financian así la deuda pública, pero también grandes empresas con necesidades de financiación.
¿Por qué se les considera productos de renta fija?
Se suele referir al mercado de bonos como mercado de renta fija porque la rentabilidad de esos títulos de deuda está establecida. Esto quiere decir que un comprador que invierte desde el principio una cantidad en bonos hasta el vencimiento de los mismos, recibirá la cantidad invertida más los intereses, siempre que el emisor no quiebre.
Sin embargo, puede ser un nombre un poco engañoso, porque esos bonos cotizan en el mercado secundario. Es decir, que se pueden vender y comprar y su valor puede subir o bajar.
Por ejemplo, si los tipos de interés suben, el valor de los bonos emitidos con anterioridad a menor interés va a bajar. Al contrario, si una gran empresa emite bonos a un tipo de interés alto porque su situación financiera ha empeorado, y posteriormente consigue enderezar su situación y tiene un mejor “rating”, es muy probable que el precio de sus bonos antiguos suba en el mercado secundario.
Por lo tanto, aunque la rentabilidad para un inversor que invierte desde el inicio y conserva el título hasta el vencimiento es fija, la rentabilidad para otros inversores puede variar notablemente.
¿Quién compra los bonos?
A diferencia del mercado de acciones, para comprar bonos normalmente se requiere una cantidad mínima de capital, que suele ser de unos 100.000 euros. Esta cantidad mínima de capital excluye a la mayoría de los particulares, que para invertir en bonos pueden recurrir a vehículos alternativos como los fondos de inversión. Los gestores de esos fondos son los principales compradores de los títulos de deuda. Pero, detrás de esas entidades gigantescas, normalmente están millones de pequeños y medianos inversores.
¿Qué determina el interés de un bono?
En el momento de la emisión, normalmente se produce una subasta. El interés que ofrecen los bonos depende de varios factores, pero los dos principales son:
- El plazo de vencimiento
A mayor plazo, mayor tipo de interés, simplemente porque al incrementar el plazo aumenta la incertidumbre, y por lo tanto el riesgo.
- El riesgo de impago por parte del emisor
Por otro lado, la calificación crediticia del emisor (conocida como “rating”) influye directamente sobre el coste de la financiación. Por eso las agencias de calificación tienen tanta importancia sobre la economía. Una mejor nota supone menos intereses, y viceversa.
La influencia del mercado de bonos sobre nuestras vidas
El impacto del mercado de deuda sobre nuestras vidas diarias es notable y se produce a través de dos grandes factores:
- La capacidad del estado para financiarse a un tipo de interés bajo permite reducir el peso del pago de los intereses dentro del presupuesto del país. Eso permite liberar recursos, o reducir impuestos. Si los intereses suben, se produce el efecto contrario.
- La rentabilidad de los bonos tiene un impacto importante en la economía y el ahorro de millones de particulares que participan en fondos de inversión.
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