¿Cómo enseñar a tus hijos a ahorrar?

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1. Adaptar nuestro mensaje

Las personas adultas tenemos totalmente interiorizados ciertos conceptos económicos muy básicos. Sin embargo, debemos comprender que todo esto lo hemos ido aprendiendo poco a poco con la edad, y que para transmitir ciertos valores a un niño, vamos a tener que partir de cero. Debemos adaptar nuestro mensaje a la edad de nuestros hijos y comenzar explicándole conceptos como el del dinero, el trabajo, los salarios o el ahorro, de manera que los puedan entender. De la misma forma, debemos estar preparados para resolver sus preguntas, y en este sentido, debemos razonar nuestros argumentos como si estuviésemos ante un adulto. Tendremos que explicarles ciertos porqués, siempre evitando dar nada por supuesto.

2. El dinero es un bien limitado

Una de las cosas más difíciles de entender para un niño pequeño es el propio concepto del dinero. Debemos explicarles que se trata de una herramienta para comprar ciertos bienes y servicios y, sobre todo, que se trata de un bien limitado. Los niños, por lo general, suelen ser caprichosos y muy insistentes a la hora de conseguir lo que quieren. Cuando les negamos la compra de un juguete, por poner un ejemplo, desde su punto de vista no logran entender por qué se da esta situación si nosotros, sus padres, tenemos el poder de hacerles felices al alcance de nuestra mano. Tendremos que ser capaces de explicarles que el dinero puede acabarse, y que hay unas cosas que son más importantes que otras a la hora de gastarlo.

3. ¿De dónde sale el dinero? El valor del dinero

La mejor forma de que los niños aprendan a valorar el dinero es que entiendan cuál es su procedencia. Seguramente a muchos de nosotros, nuestros propios padres nos dijeran aquello de: “El dinero no crece en los árboles”. Pero hoy en día es mucho más complicado hacerle entender esto a nuestros hijos cuando ven que todo lo que hacemos para conseguir nuestro dinero es acercarnos a un cajero automático y apretar un par de botones.

Para que entiendan realmente el esfuerzo que supone ganar ese dinero que tan fácilmente se gasta, es importante que conozcan el concepto del trabajo, que sepan que se nos pagan unas cantidades fijas mensualmente, y que con esas cantidades debemos ingeniárnoslas para hacer frente a multitud de gastos domésticos.

4. El concepto del ahorro

Si conseguimos explicar a nuestros hijos que el dinero puede terminarse y que es un bien necesario para poder hacer frente a una ingente cantidad de gastos cotidianos, es muy posible que ellos mismos deduzcan la importancia del ahorro. El ahorro es necesario para tener una cierta seguridad económica que nos cubra ante imprevistos, así como para permitirnos cumplir objetivos económicos de cierta envergadura. Así debemos hacérselo entender a los más pequeños de la casa.

5. La paga

“El movimiento se demuestra andando” que decía el filósofo griego Diógenes de Sinope. No hay mejor manera de que un niño comprenda conceptos como los del dinero, el esfuerzo, o el ahorro, que haciendo que el mismo empiece a relacionarse directamente con el dinero. Para ello, nada mejor que establecer una pequeña dotación económica con carácter periódico. La famosa paga semanal o mensual, es una herramienta perfecta para que nuestros hijos aprendan a administrar su propio dinero. De esta manera, se les quedará plasmado lo que pasa cuando uno se queda sin dinero; aprenderán a priorizar sus gastos; y comenzarán a ahorrar de forma natural para poder cumplir sus pequeños objetivos financieros. La paga es, sin duda, una herramienta muy potente para enseñar ciertas nociones económicas básicas a nuestros hijos, pero debemos tener en cuenta algunos aspectos para hacerlo correctamente:

• Podemos establecer una cantidad y periodicidad de las asignaciones. De esta manera, los niños contarían con un presupuesto para sus gastos.

• La cantidad debería ser adecuada. La asignación tendría que estar ajustada a sus posibles gastos y a las posibilidades económicas de la familia. Darle demasiado dinero podría hacer que el niño no lo valorase adecuadamente; y quedarnos cortos podría ser frustrante para el cumplimiento de sus objetivos de ahorro.

• Puede ser muy útil realizar un control sobre las finanzas de nuestros hijos. Llevar este control hace que nuestros hijos confieran la importancia que este tema merece. Solo así lograremos hacerles ver sus posibles errores y podremos aconsejarles para que no vuelvan a cometerlos en el futuro. Hacer que nuestros hijos lleven un control por escrito de sus gastos e ingresos puede ser una buena manera de hacerles visualizar como entra y sale el dinero de sus bolsillos.

6. Explicar a nuestros hijos el valor de los diferentes billetes y monedas

Que los más pequeños conozcan el valor simbólico de los billetes y monedas de euro les ayudará a hacerse una idea del valor de las cosas cuando nos vean pagar alguna de nuestras compras. Así, aprenderán a determinar si el precio de un bien es alto, bajo, o adecuado, y le darán mayor valor al producto o servicio adquirido.

7. Formarles como consumidores responsables

En un mundo cada vez más consumista, es importante que eduquemos a nuestros hijos en ciertos valores que les ayuden a consumir de manera inteligente. Para ello, es necesario que aprendan a diferenciar cuáles de sus compras obedecen a necesidades reales y cuáles de ellas son simples deseos que no les van a aportar demasiado. Deben entender la diferencia entre querer algo y necesitar algo. Solo así podrán evitar gastos innecesarios.

8. Dar ejemplo

A ciertas edades, los niños aprenden sobre todo por imitación. De nada sirve que intentemos inculcarles los valores anteriores si en nuestro día a día actuamos de manera opuesta. La mejor manera de enseñar a nuestros hijos es mediante un buen ejemplo. A través de lo que nosotros hacemos y decimos ellos construyen su primera imagen de la realidad, así que no podemos dejar pasar esta oportunidad de darles una buena enseñanza.

Aunque las estrategias que sigamos para enseñar a nuestros hijos a ahorrar y a gestionar responsablemente su dinero pueden variar bastante en función de cada niño o niña y de su edad, los anteriores consejos, correctamente adaptados a cada caso, son un buen punto de partida desde el que introducir a los más pequeños a la cultura del ahorro. Una enseñanza que sin duda nos agradecerán cuando sean mayores.