Todos tenemos en la cabeza una idea más o menos definida de qué es un líder, pero en tiempos de gurús, coaches y demás seres mitológicos ¿conocemos realmente lo que conlleva el liderazgo? La palabra líder proviene de la voz inglesa leader, que a su vez hace referencia al verbo to lead, que significa guiar. Y esta es la labor principal de un líder: guiar, dirigir a su grupo hacia la consecución de un objetivo común.
La importancia del líder
En diversas facciones de la vida y la actividad humana aparece la figura del líder: podemos hablar de líderes religiosos, líderes políticos o, como no, líderes deportivos, etc. Y es que el liderazgo viene inevitablemente vinculado a la propia condición humana. Como seres sociales que somos y al igual que suelen hacer muchas otras especies animales, los seres humanos tendemos a formar grupos. Formamos parejas, familias, vecindarios, comunidades, pueblos, naciones… ¿Por qué? La explicación no puede ser más sencilla y a la vez contundente: por supervivencia. A lo largo de miles de años de evolución, los seres humanos hemos comprobado que es más fácil satisfacer nuestras necesidades básicas y preservar nuestras vidas si lo hacemos en grupo, que si lo intentamos por libre. Una vez formado el grupo, la figura del líder surgiría de manera natural como respuesta a una necesidad de encontrar soluciones efectivas y rápidas a los diversos retos y amenazas externas con los que se pudiese encontrar la comunidad.
Por ello, la figura del líder sigue siendo tan importante hoy en día como lo era cuando el ser humano vivía en cuevas, ya que como hemos visto, sus decisiones pueden condicionar directamente la supervivencia del grupo. La diferencia que encontramos con el paso de los años, es una mayor complejidad en las estructuras de los grupos que formamos los seres humanos, pudiendo distinguir hoy en día agrupaciones mucho más sofisticadas como serían las grandes corporaciones del siglo XXI y las empresas en general. Centrándonos en este ámbito, ¿cuáles son las cualidades que debe tener un buen líder? Pues esto puede variar en función del tipo de empresa en cuestión y del equipo humano que tenga que dirigir el líder. Sin embargo, podemos esbozar una lista con algunas cualidades que serían, cuando menos, deseables en cualquier líder empresarial.
9 cualidades de un buen líder
1. Lucidez
El líder de una organización empresarial tiene que ser, en cierta forma, un visionario. Debe mantener su mente abierta y ser capaz de identificar tanto los objetivos de la empresa, como los retos o dificultades que puedan surgir. Solo de esta manera podrá trazar estrategias de actuación con claridad, de cara a la consecución de los objetivos marcados.
2. Ser resolutivo
Un líder debe ser firme a la hora de tomar decisiones, ya que esta es una parte fundamental de su cometido. Un líder que elude la toma de decisiones estratégicas puede ser enormemente perjudicial para la organización. Esta capacidad para tomar decisiones estaría estrechamente ligada con el punto anterior: primero hay que analizar las circunstancias, después hay que tomar decisiones y actuar.
3. Seguridad
La persona que dirija una empresa o un equipo de trabajo debe transmitir seguridad e infundir confianza en el resto de trabajadores. La confianza es fundamental para motivar al equipo y supone en sí misma un paso adelante hacia la consecución de los objetivos de la empresa. Esta seguridad no se transmite haciendo alardes de autoridad; sino tomando buenas decisiones, sabiendo argumentar por qué se adopta una u otra línea de actuación, respondiendo a las preguntas del resto del equipo, etc.
4. Ser buen comunicador
Una de las principales labores del líder es transmitir ideas, valores, objetivos y órdenes al resto de la empresa. Por ello, es fundamental tener ciertas habilidades comunicativas. El líder debe ser capaz de elaborar mensajes claros y entendibles por todo el equipo. Además, debe saber medir los tiempos a la hora de gestionar los flujos de comunicación dentro de la empresa.
5. Apasionado
Quien dirige a un grupo, a un equipo o a toda una empresa debe transmitir pasión. La pasión es contagiosa y si el líder logra transmitirla al resto del equipo, a cambio obtendrá un compromiso sincero por parte del resto de individuos. Esto dará mayor cohesión y unidad al grupo y evitará la aparición de problemas internos.
6. Ser ejemplo
La mejor manera de transmitir valores es predicando con el ejemplo. El esfuerzo, la capacidad de superación, la ambición empresarial, la búsqueda de la excelencia… todos estos valores se adquieren más fácilmente cuando los admiramos en otra persona. Por ello, el líder debería ser siempre impecable en este terreno.
7. Hacer mejor al resto del equipo
Un líder tiene que conocer a su grupo y a cada uno de sus componentes. Hay que conocer a cada persona, encontrar sus puntos fuertes y sus debilidades, potenciar sus habilidades y trabajar para mejorar sus flaquezas. Para ello, hay que escuchar al resto del equipo, inspirar seguridad para crear un ambiente agradable en el que todos puedan expresarse. Hay que saber reconocer los éxitos individuales y no machacar innecesariamente cuando hay fallos. El capital humano debería ser siempre el principal valor de la empresa: un solo engranaje mal engrasado perjudica el buen funcionamiento de toda la máquina. De esta manera, será más fácil poder delegar responsabilidades y los trabajadores se sentirán motivados y realizados. Recordemos que el líder debe trabajar para la consecución de los objetivos comunes, y estos también son la suma de los objetivos individuales de cada componente del equipo.
8. Ser responsable
Como decíamos más arriba, un líder debe dar ejemplo. De aquel punto se deriva el de asumir responsabilidades. Como hacen los buenos entrenadores de fútbol, quien está al frente de un equipo debe asumir los errores como una responsabilidad propia, y las victorias como un éxito de todos. Si el líder elude sus responsabilidades, el resto del grupo no lo verá como a uno más, sino como a un elemento externo. Si esto sucede, el grupo dejará de identificarse con los valores y con los objetivos del líder y la desmotivación se extenderá.
9. Positividad
Recrearse en las derrotas y los contratiempos no resulta en absoluto productivo. Quien está al mando de la empresa debe transmitir positividad al resto del equipo. Solo de esta manera se mantiene el buen ánimo y la energía necesarios para salvar los obstáculos que, sin duda alguna, aparecerán por el camino.
¿Y tú? ¿Tienes madera de líder?
