1. ¿Por qué queremos invertir? ¿Cuáles son nuestros objetivos?
Antes de decidirnos a invertir deberemos plantearnos cuestiones como ¿qué buscamos con nuestra inversión?, ¿tenemos un plan a corto plazo que dependa de los beneficios de nuestra inversión o simplemente queremos evitar tener nuestros ahorros parados?
Respondiendo estas preguntas, dejaremos claros nuestros objetivos financieros y facilitaremos enormemente la elección de nuestras inversiones.
2. ¿Qué sabemos del producto en el que vamos a invertir?
Es imprescindible saber en qué vamos a invertir. Parece una obviedad, pero es fundamental informarse pormenorizadamente del producto en el que se va a invertir. De esta manera, reduciremos la incertidumbre y nos sentiremos más cómodos con lo que estamos haciendo.
Debemos dedicarle tiempo a nuestras inversiones, ya que nadie está más interesado que nosotros mismos en que nuestros ahorros estén seguros.
3. Conocernos como inversores
Es necesario que nos fijemos unos objetivos financieros y conocer en qué vamos a invertir. Pero tanto o más importante que esto es conocernos a nosotros mismos como inversores. Definir nuestro perfil. No todos toleramos de la misma manera el riesgo financiero o la presión de la incertidumbre. No todos somos igual de agresivos o conservadores con nuestros ahorros.
Nuestra capacidad para tener en cuenta todos estos elementos definirá el tipo de inversión que más se ajusta a nuestras necesidades.
4. ¿Cuánto debemos invertir?
Sea cual sea la naturaleza de nuestra inversión deberemos definir el porcentaje de nuestros ahorros que vamos a invertir. Es importante que siempre mantengamos un fondo de emergencia disponible para hacer frente a cualquier imprevisto.
Después, dependiendo del tipo de inversión que realicemos y de la mayor o menor disponibilidad que tengamos de retirar el capital invertido, podremos definir la cantidad a invertir.
5. ¿Necesitamos asesoramiento profesional?
Es importante invertir en aquello que conocemos. Sin embargo, hay cierto tipo de inversiones que requieren de altos conocimientos técnicos. En los casos en los que carezcamos de experiencia previa en esta materia y queramos realizar inversiones más profesionales, la contratación de servicios de asesoramiento financiero de manos de expertos será fundamental.
En estos casos, debemos contemplar el porcentaje de comisión destinado a estos profesionales y determinar si la inversión sigue siendo rentable. Por otra parte, deberemos pactar previamente el grado de libertad que concedemos a estos profesionales para que operen con nuestros ahorros.
6. Diversificar nuestras inversiones
Siempre es interesante invertir nuestros ahorros en diferentes productos y en diferentes sectores de inversión. Es un principio básico que siguen todos los grandes grupos de inversión y que sirve para minimizar riesgos.
7. Valorar los plazos de nuestra inversión
El plazo va a ser uno de los factores fundamentales que va a definir la rentabilidad que nos ofrezca un determinado producto de inversión. Pero debemos buscar siempre un equilibrio entre rentabilidad y plazos, haciendo que el paso del tiempo juegue a nuestro favor y no se convierta en nuestro enemigo.
8. Conocer la fiscalidad que regula nuestras inversiones
Cada tipo de inversión está ligada a una fiscalidad concreta. A la hora de decidir en qué invertir nuestros ahorros deberemos estudiar la manera en que ésta nos afecta.
En ocasiones, los beneficios de nuestra inversión pueden verse reducidos tras el pago de impuestos. En otros casos, las desgravaciones fiscales vinculadas a ciertos tipos de inversión pueden resultarnos beneficiosas. Antes de invertir deberemos informarnos bien sobre estos aspectos fiscales para ver en qué medida afectarán a la rentabilidad de nuestra inversión.
9. Desconfiemos de gurús y fórmulas mágicas
Sentido común. Si alguien nos ofrece algo demasiado bueno debemos desconfiar. Nuestros ahorros son lo suficientemente importantes como para que pongamos nuestro cinco sentidos en alerta a la hora de estudiar cualquier propuesta. Ante la duda: información.