La productividad tiene que ver con la capacidad que tenemos de sacar un cierto volumen de trabajo adelante, en relación con la utilización de una serie de medios: técnicos, económicos, de tiempo, etc. Tras la revolución digital, los trabajadores somos valorados por nuestra productividad en el desarrollo de nuestras funciones, es decir por el cumplimiento de una serie de objetivos con la mayor efectividad posible. Aumentando nuestra productividad lograremos aumentar nuestro valor como activo para la empresa si somos trabajadores por cuenta ajena. Y en el caso de ser autónomos, nuestra productividad será el motor principal de nuestra empresa.
Pero la productividad no solo es positiva dentro del mundo laboral, sino que ser trabajadores eficientes también puede verse reflejado en nuestra vida privada en forma de realización personal y mayor calidad de vida. Por todo ello, vamos a ver algunos consejos que nos ayudarán ser más productivos:
1. Mantener una vida sana
Nuestro cuerpo y nuestro cerebro son las principales herramientas que tenemos para enfrentarnos a cualquier actividad. Y el trabajo no es una excepción. Llevar unos hábitos de vida saludable nos facilitará poder mantener un buen ritmo de trabajo. Seguir una dieta equilibrada, hidratarnos de forma adecuada, dormir el tiempo necesario para que nuestro cuerpo se recupere cada noche y practicar ejercicio de forma moderada nos ayudará a conseguirlo. Cuidándonos un poco, nuestro cuerpo será capaz de administrar la energía de una forma más eficiente, pensaremos con más claridad y tendremos una buena base desde la que afrontar cualquier trabajo.
2. Disfrutar del trabajo
Si somos afortunados y nos gusta nuestro trabajo, nuestros quehaceres diarios serán mucho más llevaderos. La motivación que aporta el sentir pasión por lo que se hace es difícilmente igualable por otra clase de estímulos. Si nuestro trabajo no nos gusta demasiado, siempre podemos intentar trabajar en los proyectos que más nos motiven dentro de los que desarrolla la empresa.
3. Evitar la negatividad
Alejar la negatividad de nuestro entorno laboral es una buena manera de aumentar nuestra productividad. Empezar cada jornada laboral con una actitud positiva es un muy buen punto de partida para enfrentarse a cualquier labor profesional. La negatividad suele entorpecer la concentración y retrasar el cumplimiento de objetivos.
4. Planificar y Priorizar
Un buen hábito de trabajo es terminar cada jornada elaborando una lista de las tareas que deberemos realizar al día siguiente. De esta forma, podremos desconectar nuestro pensamiento del trabajo y descansar adecuadamente. Al día siguiente, si tenemos claros cuáles son los objetivos que deberemos cumplir, podremos entrar en materia sin perder tiempo.
Es importante saber priorizar estas tareas en función de criterios de urgencia, importancia u objetivos marcados por la empresa. Según vayamos completando nuestros objetivos, podremos ir tachándolos de nuestra lista, lo que nos ayudará a visualizar como vamos cumpliendo con nuestro trabajo.
5. Evitar posponer las tareas menos atractivas
A lo largo de una jornada laboral, seguramente tengamos que enfrentarnos a tareas que nos son más o menos apetecibles, o a trabajos más o menos duros. Una buena forma de no postergar infinitamente el cumplimiento de estos objetivos es enfrentarse a ellos los primeros. El inicio de nuestra jornada laboral es el momento del día en el que dispondremos de más energía para afrontar estas tareas que nos suponen un esfuerzo extra. Una vez cumplidas, podremos quitárnoslas de la cabeza durante el resto de la jornada, y será el momento de ocuparnos de las tareas que nos resultan más agradables.
6. Mantener la concentración
No todo el mundo tiene la misma facilidad para poder trabajar manteniendo la concentración y evitar las distracciones. Si necesitamos ayuda para mantener la concentración, podemos evaluar qué herramientas necesitamos realmente para realizar nuestro trabajo y qué elementos nos entorpecen.
7. Usar la tecnología a nuestro favor
Hoy en día existen infinidad de herramientas online, aplicaciones móviles, programas informáticos, etc. que pueden facilitar casi cualquier labor que tengamos que desempeñar en el ejercicio de nuestra profesión. Si hacemos de las nuevas tecnologías nuestras aliadas seremos capaces de mejorar nuestro rendimiento laboral.
8. Descansar
Los tiempos de descanso son también una parte importante de la jornada laboral. Debemos procurar tomar descansos de forma regular cada poco tiempo, incluso aunque no nos sintamos cansados. Nuestro cerebro no puede mantener la concentración de forma continuada durante el transcurso de todo un día de trabajo. Por ello, desconectar unos minutos cada una o dos horas, nos ayudará a volver a retomar nuestra actividad con más energía. Durante estos pequeños paréntesis, es bueno que nos alejemos totalmente de la labor que estamos realizando. Si podemos salir a tomar el aire y andar un par de minutos, aguantaremos el resto del día más frescos. Durante estos descansos, también es interesante consumir alimentos energéticos que nuestro organismo sea capaz de asimilar rápidamente, como pueden ser los plátanos o los frutos secos. Nuestro cerebro nos lo agradecerá.
Siguiendo estos consejos no solo aumentaremos nuestra productividad, con los consiguientes beneficios que esto tiene para nuestra empresa. Sino que además realizaremos el trabajo diario de una manera más llevadera, mantendremos a raya el estrés, y nos sentiremos realizados al ver cómo se van cumpliendo nuestros objetivos profesionales.
