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6 reglas que aplican los profesionales con “haztitud”

28 Dic, 2017 -

Eres un profesional con haztitud si, te sientas como te sientas, HACES lo que debes, lo que tienes previsto hacer.

Cuenta alguien que creció con Pep Guardiola y Tito Vilanova en La Masia (centro de formación del Futbol Club Barcelona), ambos ex entrenadores del primer equipo, que la gran diferencia entre ambos es que Pep, en medio de una tormenta, buscaría desesperado un paraguas lamentando no haber salido de casa con uno y probablemente lo encontraría. Pero Tito diría: “Tranquilo, va a escampar”. Y no se inmutaría.

¿Quieres empezar el nuevo año con un renovada motivación profesional? Entonces, sigue estas 6 reglas que aplican los profesionales con “haztitud” ;)

mujer volar paraguas

1. Alinea tu vida profesional con tus valores

Decide qué es lo primero e intenta organizar tu vida para ser consecuente con esa decisión.

Hay muchos profesionales que dedican mucho más tiempo y esfuerzo a sus negocios que a sus relaciones familiares, no por obligación sino porque les gusta, sean o no conscientes de esa inclinación. Es el caso de muchos de emprendedores/as que sacrifican gran parte de su vida no profesional para sacar adelante su iniciativa. En palabras del inversor @carlosblanco: “si tu pareja no te apoya, deja tu pretensión de emprender o deja a tu pareja».

Hay empleados que sienten compromiso con la empresa, orgullo de pertenencia y disfrutan de su desempeño y también de las relaciones que mantienen en el contexto laboral. También las empresas se preocupan más por el bienestar de sus trabajadores porque saben que beneficiará a los resultados, así que hacen todo lo posible por convertir a la organización en un gran sitio para trabajar y compiten con otras para atraer talento.

Alinea tus valores con la manera en que vives o cambia la vida para alinearla con tus valores. ¿Qué va a ser?

Es frecuente asumir una serie de valores pero no vivir acorde con ellos. El verdadero problema es el estrés existencial y profesional que esa incoherencia puede causar. No hay caminos buenos o malos sino decisiones incoherentes que nos perjudican a nosotros y a quienes nos rodean.

Dirigir o trabajar de acuerdo a los valores propios es una de las claves de la felicidad en la empresa.

2. Potencia la “haztitud”: la mejor actitud es hacer

En lugar de pedirnos y pedir a los demás que mejoren su actitud, diles qué tienen que hacer para mejorar.

Cuando pedimos un ‘cambio de actitud’ en realidad pedimos un cambio de comportamiento.

Cuando el jefe Peláez le dice al empleado Fernández “no me gusta su actitud, no se está tomando las cosas en serio ni se esfuerza lo suficiente”, le traslada un crítica pero no una propuesta con indicaciones de mejora. Será más efectivo si Peláez le comunica su sugerencia de una forma más fácil de interpretar y aplicar:

– Cuando llegas al trabajo no te pones inmediatamente con las tareas previstas y eso retrasa al equipo. ¿Qué te parece si revisaras tus asignaciones en la intranet en cuanto llegues a a la oficina a las 9am y las gestionaras antes de las 9.30am? Ya verás como este pequeño cambio aumentaría la productividad gracias a ti.

Describir comportamientos evita malentendidos y es mucho más efectivo cuando se trata de cambiar y mejorar.

También podemos aplicarlo con nosotros mismos: no te culpes o te critiques por “SER como eres” o por tener malas actitudes, ponte como objetivo HACER aquello que te ayuda a avanzar y a sentirte bien en lugar de lamentarte por tu actitud o tu personalidad.

flechas arriba pintura

3. Actividad: Hacer lleva a hacer más; no hacer lleva a hacer menos

«No hacer nada es muy difícil de hacer, nunca se sabe cuándo has terminado». Leslie Nielsen.

Si haces algo puede pasar algo; si no haces nada, pasará o no pero aprenderás poco.

¿Cuántas veces no has tenido ganas de hacer nada en particular pero te has ocupado con algo y ha cambiado tu ánimo y tu nivel de actividad? Posiblemente la distinción más significativa que podemos hacer en el ámbito profesional es aquella que diferencia entre las personas que actúan y aquéllas que esperan y no hacen nada; entre las personas que accionan y las que reaccionan. ¿Con cual de ellas te identificas?

Una actitud de acción implica iniciativa, disposición a probar y avanzar, realizar planes, mantenerse ocupados, generar hábitos y mostrar dedicación y esfuerzo.

Si dejas un coche aparcado en una calle, durante una o varias semanas posiblemente no le ocurrirá nada. Pero si ese vehículo tiene una ventana o un faro rotos ofrecerá una imagen de abandono y de falta de valor que hará más probable que lo desvalijen y le causen más desperfectos. Es el famoso efecto de las ventanas rotas descrito por Phillip Cimbrado, profesor de psicología social de la Universidad de Stanford. En su experimento comprobó que un coche sufre robos y deterioros a una mayor velocidad más en función del estado que de la zona, barrio o ciudad en que se abandone.

Cuando no haces nada no solo no pasa nada sino que tiende a pasar menos. Y ese efecto también ocurre en la vida profesional.

Cuanto menos planificas tu carrera, más probable es que tu situación empeore, y mucho más rápido de lo que esperas.

4. Iniciativa: los que esperan a que las cosas lleguen recibirán las abandonadas por los que salieron a buscarlas

Un hombre en busca de trabajo le dice al jefe de personal: 

-Vengo a ocupar el puesto del señor que se acaba de ahogar.

-Lo siento, llega usted tarde. Ya se lo dimos al que le empujó.

 

El “chiste” es de mal gusto pero muestra una realidad profesional inevitable: muchas oportunidades no llegamos ni a olerlas porque otras personas se nos han adelantado: la actitud de esperar siempre es superada por la actitud de indagar.

La dedicación es valiosa pero a veces también es necesaria la iniciativa

Si estás buscando mejores oportunidades profesionales, puedes estar apostado diez horas diarias “con la caña” esperando a que piquen sin saber que río arriba muchos competidores están diezmando tus oportunidades.

Está bien que consultes y respondas ofertas de empleo publicadas, por ejemplo, en Linkedin, pero será mejor si además contactas de forma proactiva con los profesionales de las empresas en las que te interesa emplearte o con las que quieres hacer negocios.

No sacar partido a la Web 2.0 nos hace menos competitivos porque otros profesionales sí la están aprovechando.

Tal vez hayas decidido no mantener una presencia profesional online para compartir contenidos en Internet e interactuar en las redes sociales, pero antes de tomar esta decisión, ¿has conocido y experimentado mínimamente las ventajas y herramientas de la Web 2.0 para la vida profesional y valorado de verdad las supuestas consecuencias negativa de tu presencia en la Red?

Tomar iniciativa es adelantarse pero también provocar que las cosas pasen.

Conseguir una oportunidad o la posibilidad de luchar por ella, a veces será cuestión de llegar el primero o de llegar antes, de presentarte dónde no te esperan o cuando no lo esperan.

No somos conscientes de que también podemos ser protagonistas para intentar hacer que las cosas sucedan y ayudar a crear nuevas oportunidades. No solo se trata de buscar y esperar, también puede estar en nuestra mano construir opciones y caminos.

carrera personas circuito

5. Experimentación: ¿y si lo haces de todas formas?

En lugar de preguntar qué va a pasar pregúntate qué voy a hacer.

No hagas de la búsqueda de la perfección una excusa perfecta para no empezar. En el 80% de los casos, el éxito sólo consiste en presentarse a la cita. Esta reflexión de Woody Allen nos pone en la pista de que a veces será suficiente con intentarlo.

Se trata de probar a modo de experiencia piloto, con un esfuerzo y una inversión mínimos y ver qué pasa.

Avanza, en caso de duda, actúa: da el siguiente paso pequeño.

No analices tanto, simplemente prueba: cuando no sabes qué hay que hacer, empieza a caminar.

Cuando quieras motivarte para empezar, elige una tarea suficientemente pequeña que no puedas no realizar. Luther King quien alentaba a dar el primer paso “con fe”. Más allá del fondo religioso de la afirmación nos interesa constatar que no es necesario ver toda la escalera completa para subir el primer escalón.

Ese pequeño avance nos dará un poco más de perspectiva y, lo más importante, creará la inercia de la subida. El proyecto profesional y no profesional más largo y difícil que hayas recorrido empezó con ese primer paso que desencadenó todo y que, tal vez, no fue fruto de una decisión especialmente meditada ni que pensaste fuese a tener la proyección que tuvo.

¿Cómo puedes pasar a la acción y avanzar?

Eligiendo una tarea sencilla que no requiera esfuerzo y te ponga en movimiento con dirección a tu objetivo. Si quieres empezar a hacer deporte pero llevas 10 años sin mover el body, seguramente un buen primer paso sería comprarte ropa deportiva.

El segundo paso podrías darlo al día siguiente: enfundarte el chándal para ver la tele en el sofá. ¿Pensabas correr la Maratón de Nueva York de un día para otro? Pasamos de considerar imposible el cambio a minusvalorar los logros alcanzados, por pequeños que parezcan.

Tal vez el tercer día sea el adecuado para darte un paseo de 5 minutos por tu calle aprovechando que debes bajar la basura de casa.

Planifica. Hacer un plan pequeño también es dar un paso pequeño.

¿De dónde sacar motivación cuando no se tiene? De los pasos pequeños, que no necesitan fuerza y llevan a los grandes logros.

El general americano George Patton era reconocido por hacer avanzar a sus ejércitos a una gran velocidad y al parecer declaró que un plan mediocre ejecutado enérgicamente es más eficaz que un plan perfecto ejecutado sin motivación.

El mejor plan estratégico es “hacer cosas”. Intentar hacer siempre ‘el gran plan’ como condición previa a empezar puede ser un harakiri motivacional.

No te preocupes por ser mediocre al principio, preocúpate por avanzar.

escaleras personas subiendo

6. Hábitos: No luches contra tus hábitos, crea otros nuevos para sustituirlos

 

-Padre, ¿puedo fumar mientras estoy orando?

-Eso sería un sacrilegio a los ojos de Dios, hijo mío

-Padre, y ¿puedo orar mientras fumo?

-Eso sería honrar al Altísimo

 

La motivación inicia los cambios, el hábito los consolida.

La vida es un conjunto de hábitos: nos definen nuestros actos cotidianos, no los excepcionales. Un hábito es un comportamiento o conjunto de comportamientos que se ha consolidado por repetición en un determinado contexto y en unas determinadas condiciones motivacionales.

¿Hay algo más engorroso que cepillarse los dientes tras cada comida? Sin embargo lo hacemos con normalidad más de una vez al día. Un hábito es un comportamiento que consolidas en 30 días.

Los hábitos nuevos que queremos crear tienen una dura competencia: nuestra vida no les deja.

Si quieres dejar de fumar, haz cosas que dificulten que fumes.

En lugar de pelearte diariamente contra el hábito, será mejor idea crear hábitos nuevos saludables que no estén relacionados con el tabaquismo y que lo van a ir arrinconando gradualmente. En lugar de tomar medidas excepcionales contra la adicción, convierte en cotidianas las costumbres que hacen incompatible el tabaco, como el deporte o las relaciones con personas y ambientes no fumadores.

Si quieres dedicar tiempo al ingles, no te prohíbas la tele a la que dedicas gran parte del día y te impide estudiar. Empieza a ver películas y series en versión original con subtítulos en español. Luego poco a poco introduce también los subtítulos en inglés.

Pon en marcha ahora sólo los cambios con posibilidades de éxito, ponlos en marcha uno a uno.

Intenta terminar lo que empiezas porque abandonar es un hábito difícil de abandonar. Elige implantar cambios en tu vida que tengan verdaderas posibilidades de asentarse.

Si siempre te ha costado mucho el aprendizaje de idiomas y llevas 10 años sin meterle mano, tal vez deberías reservar este proyecto para más adelante e iniciar otro más asequible.

Los éxitos y avances en cada meta te motivarán a afrontar más. Si cada intento de cambio que emprendes acaba en abandono por la elección de un objetivo demasiado exigente o por abarcar varios proyectos a la vez, cada vez te sentirás menos motivado y más desanimado para realizar los siguientes.

Haz sitio en tu vida a un objetivo o haz que un objetivo sea tu vida.

*Este artículo se elaboró con fecha 28 diciembre, 2017, por lo que es posible que alguna información no esté actualizada. Te recomendamos que siempre revises la fecha de publicación del artículo. Consulta aquí las condiciones vigentes del Depósito Facto



Conferenciante del cambio sobre liderazgo, motivación, productividad, equipos y empresa 2.0.Coaching de profesionales y directivos. Premio extraordinario en Psicología y autor de SuperProfesional (Grupo Planeta, 2015).



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