Viajar por Francia tiene opciones clásicas y que casi todos conocemos, pero también rincones bellísimos “a pequeña escala”: sobre todo en forma de pueblos casi siempre recónditos y apartados, que muchas veces requieren adentrarse por paisajes no menos sorprendentes. La idea de salirse de las rutas y destinos más usuales en Francia tiene premios encantadores, sitios detenidos en el tiempo y tan bellos que se vuelven en una parte inolvidable del viaje.
A continuación nos sumergiremos por este recorrido de 5 de los pueblos más bonitos de Francia.
1. Saint-Cirq-Lapopié (un pueblo “colgado”)
A Saint-Cirq-Lapopié se llega atravesando un camino que bordea el río Lot en la región de Mediodía-Pirineos. Una forma fácil de encontrarlo es partiendo desde Cahors, una de las ciudades importantes sobre el Lot. Una vez nos acercamos encontraremos zonas para aparcar ya que el poblado es completamente peatonal: está “colgado” sobre una de las riberas accidentadas del río y sobre un pronunciado desnivel.
Parece increíble que este pueblo se haya ido construyendo con ese estilo sin planificar: cada casa, cada calle, y cada detalle hace que Saint-Cirq-Lapopié parezca una escenografía de un cuento. Aunque apartado, no hablamos de un sitio que pueda definirse como desconocido: es uno de los que pertenecen a la asociación Les plus beaux villages de France, y en verano suele estar bastante concurrido de turistas. Si nos atrapan este tipo de lugares no es mala idea alojarnos una noche en él para, disfrutarlo tranquilo al atardecer, y hechizante en la noche con su calma y encanto visual.
El secreto de este y otros pueblos que iremos viendo en este post es que tuvieron su tiempo de esplendor varios siglos atrás, y por quedar apartados de las rutas más utilizadas se conservaron de un modo excepcional. De hecho, toda el área alrededor del pueblo pertenece al Parque Natural des Causses du Quercy.
2. Gordes (el pueblo que inspira pintores)
Para nuestro segundo candidato a enamorarnos un poco más de Francia, nos trasladamos hacia al sur y en dirección a Provenza, concretamente en el departamento de Vaucluse. Allí se encuentra el Parque Natural Regional del Luberon, y dentro de este parque el pueblo de Gordes.
Aquí llegaban pintores como Chagall o Vasarely buscando inspiración en las calles empedradas y en desnivel entre fachadas de piedra. Gordes está emplazado sobre la ladera de una colina (en las colinas de Vaucluse) a 370 metros de altitud, y las vistas desde y hacia el pueblo son un placer visual difícil de igualar. El pueblo tiene apenas unos 2000 habitantes pero cada día los turistas que llegan a pasar unas horas (o a quedarse una noche) animan sus calles, o las mesas de restaurantes y cafeterías.
Respirar el aire puro del Luberon mirando el atardecer desde los parques y calles del pueblo es un momento para guardarse entre los mejores recuerdos por Francia.
3. Eze (el mirador a la Costa Azul)
Nos acercamos al Mediterráneo para mirarlo desde lo más alto. Eze es un pequeñísimo pueblo que parece haber sido emplazado para hacer de mirador desde las alturas. Y hablamos de una de las vistas más bonitas que podrían sorprendernos en la Costa Azul francesa, en el departamento de Alpes Marítimos en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul.
La singularidad de Eze es que está emplazado sobre un monte, que es un pueblo completamente peatonal, y que está contagiado del glamour de sus ciudades vecinas como Niza o la cercana Mónaco. Pero además, en ese pequeño caserío hay joyas que visitar como el castillo de Chevre d’Or, la fábrica de perfumes Fragonard, o en lo más alto, el jardín botánico de Eze (sitio en el que vale y mucho pagar su entrada para disfrutar de vistas inigualables). Y aún más, si descendemos hasta la Baie d´Eze tendremos una pequeña playa para quedarnos unas horas a disfrutar del encanto de la Costa Azul mientras Eze custodia el paisaje desde las alturas.
4. Saint-Jean-Pied-de-Port (Camino a Santiago)
En este viaje por muchas de las regiones de Francia (y tratando de abarcar casi cada región), nos desplazamos hasta el Pirineo Francés para llegar a uno de los puntos más bonitos dentro del Camino de Santiago (en su tramo francés precisamente). Este pueblo de peregrinos es un lugar en el que es difícil no plantearse una pausa. Saint-Jean-Pied-de-Port es otro de los que pertenecen a la asociación Les plus beaux villages de France. Llegar requiere que nos desplacemos hasta la región de Aquitania y bien cerca de Biarritz, o de ciudades como San Sebastián (a apenas una hora y a pasos del Puerto de Roncesvalles en el cruce del Pirineo). San Juan pie de Puerto es pequeño y se recorre pronto, pero sus calles pintorescas en desnivel hacia el río Nive o Errobi se recuerdan para siempre por su encanto.
5. Eguisheim (La región de los pueblos de cuento)
Nuestro último destino en este recorrido nos lleva hacia el este y casi en la frontera con Alemania. Al entrar en la región de Alsacia las colinas de poca altura ganan el paisaje, junto a los viñedos y el encanto de los pueblos que se suceden uno junto a otro con sus tejados y muchas veces fachadas entramadas.
Estaremos en una de las mejores colecciones de pueblos de Francia, y tal vez de Europa, y entre tantos recomendables (Colmar, Ribeauvillé, Riquewihr) nos quedamos con el encanto de Eguisheim (una vez más uno de los pueblos más bellos de Francia perteneciente a la asociación). Situado en el departamento de Alto Rin, Eguisheim tiene un trazado muy particular característicos de los tiempos romanos: una calle recta central, y otra calle circular (camino de ronda medieval) que se organizaba en el mismo sentido que las murallas. Caminar por allí es uno de los paseos peatonales más encantadores que puedas hacer en Alsacia y en Francia.